YouTube, la mayor plataforma de contenidos multimedia de Internet, pondrá en marcha un servicio de música a finales de este año 2013 con el objetivo de competir con otros grandes servicios como Spotify. En estos momentos, el equipo de Google se encuentra en plena negociación con todos los agentes implicados (léase discográficas) para determinar las características y condiciones del servicio.
No obstante y en primer lugar, deberíamos separar el proyecto YouTube de la plataforma Google Play, espacio desde el que el usuario puede comprar canciones. La idea, en este caso, es que YouTube funcione como un espacio para escuchar música de forma gratuita y cuente con publicidad, pero que ofrezca al usuario la posibilidad de desbloquear características adicionales (como la de eliminar los anuncios) a través de una cuota de suscripción. Algo muy parecido a lo que actualmente ofrece Spotify.
Es cierto que las discográficas están observando atentas los pasos que dan cada una de estas plataformas. No hay que olvidar que hace apenas unos días, os contábamos que Spotify está proponiendo a la industria la posibilidad de exportar la modalidad gratuita del servicio a los teléfonos móviles, algo que hasta ahora solo resulta posible con la suscripción premium. YouTube ya mantiene fluidas relaciones con las discográficas gracias a los vídeos oficiales de sus artistas que cuelgan ellas mismas en Internet y que reciben ingresos por publicidad. Las discográficas ahora están con la mosca detrás de la oreja: y es que observan posibilidad de beneficios en las fórmulas de reproducción en streaming. Sin ir más lejos, el 25% de ingresos percibidos en 2012 por el grupo Warner (ahora asociado a Google) fue generado a través de la música en streaming. El problema está en que la mayoría de empresas discográficas no tiene muy claro qué porción de sus contenidos debe ser ofrecida de forma gratuita.
Según explica el medio CNN, las compañías tienen la preocupación de que los usuarios se acostumbren a no pagar por la música desde las modalidades freemium, condicionando siempre los ingresos a la publicidad. La viabilidad del negocio ha sido puesta en duda en muchas ocasiones, ateniendo el modelo de Spotify. Según los últimos datos publicados, la plataforma de origen sueco destina cerca del 70% de sus ingresos a sufragar los gastos en licencias reclamados por las discográficas; un 20% se dedica a la búsqueda de nuevos clientes y el 10% restante sirve para mantener la compañía.
El servicio de Google contaría con alguna ventaja añadida. Y es que en los últimos tiempos se ha demostrado que YouTube es uno de los espacios más visitados por los adolescentes, uno de los públicos más codiciados por parte de las discográficas. Según el último informe de Nielsen en 2012, un 64% de los chavales jóvenes prefiere YouTube a cualquier otro servicio de música. Y es que aparte de ofrecerles las canciones de sus ídolos, les permite descubrir nuevos talentos y es fuente de crecimiento de nuevos ídolos musicales. No hay más que ver el fenómeno Justin Bieber o las últimas tendencias «Call me Maybe» (418 millones de visitas), «Gangnam Style» (con más de 1.000 millones de visitas y subiendo) o «Somebody That I Used to Know» (380 millones de visitas).
De momento, y como suele ser normal en este tipo de operaciones, YouTube no ha querido hacer declaraciones al respecto. No obstante, dada la envergadura del proyecto, un responsable de la plataforma ha explicado que existen algunos creadores de contenido interesados en hacer negocio a través de nuevos sistemas de suscripción, independientes a los beneficios que actualmente el negocio publicitario ya les reporta.
Foto original: photographer padawan