El asunto Instagram tiene miga. La red social Twitter nos sorprendía hace unas semanas con el anuncio oficial de la eliminación de las fotografías de Instagram. De hecho, la compañía ha trabajado intensamente en el desarrollo de una plataforma propia de filtros para las imágenes. Hoy, sin embargo, ha trascendido una noticia que nos ha dejado con los ojos como platos. Y es que según informa hoy mismo el New York Times, Twitter e Instagram entablaron conversaciones para la compra de esta red social relacionada con la fotografía. El rotativo cuenta que la dirección de Twitter ofreció 525 millones de dólares, lo que serían alrededor de 400 millones de euros al cambio actual, para hacerse con Instagram. El acuerdo estaba cerrado de manera verbal, así que Twitter prácticamente confiaba en ello. Pero, contrariamente a lo que pensaba, al cabo de unos días Instagram le hizo saber a esta red social que prefería seguir sus andanzas como servicio independiente. No hubiera ocurrido nada, si no fuera porque semanas después, Facebook anunció oficialmente la compra de Instagram. Los ojos como platos…
Si estas informaciones son ciertas, queda patente que la actitud de los directivos de Instagram no ha sido la más elegante. Facebook pagó la cifra de 750 millones de dólares, unos 570 millones de euros, por hacerse con Instagram. He aquí una de las razones por las que la red social de Mark Zuckerberg logró hacerse con este caramelito. El New York Times explica que los abogados de Twitter ya habían redactado parte de las cláusulas del contrato y que prácticamente estaba todo listo desde el pasado mes de marzo. De hecho, todo debió ser así hasta que Instagram, con su CEO Kevin Systrom a la cabeza, decidió comunicar a Twitter su deseo de permanecer tal como estaban. Mientras tanto, Zuckerberg, CEO de Facebook, habría hecho su propio caminito, impulsando un acuerdo bajo unas condiciones económicas más suculentas para el equipo de Instagram. El dueño de Facebook quiso cerrar la operación a toda prisa para ser la primera en hacerse con la red social de los filtros. Y así fue.
Todo esto explicaría la tensa relación que ahora mismo mantienen Twitter e Instagram. Hasta la fecha, Twitter mostraba las imágenes de Instagram de manera automática. Desde hace apenas una semana, estas capturas se han eliminado y los clientes de Twitter pueden compartirlas, pero únicamente a través de un enlace gráficamente poco atractivo. El problema está, además, en que Kevin Systrom negó haber recibido ninguna otra oferta por parte de alguna compañía que no fuera Facebook. La maniobra no ha gustado nada a Twitter, así que no es extraño – en absoluto – que los directivos de esta red social hayan decidido cortar por lo sano. Ahora los expertos dicen que Instagram podría enfrentarse a serios problemas legales por supuestamente haber mentido en la declaración que hizo ante la comisión que tenía que aprobar la compra.