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En plena crisis económica, el Gobierno decide gastar 2,6 millones de euros en publicidad para comunicar a los pobres paganos la buena nueva del próximo apagón de la televisión digital terrestre. Por culpa del llamado “dividendo digital”, hay que desalojar parte de los canales que actualmente ocupa la TDT, para que queden libres para la telefoní­a móvil de cuarta generación (4G). Y hay que hacerlo rápido, antes de enero de 2014, porque aquí­ somos más papistas que nadie. Aunque la Unión Europa da de plazo hasta enero de 2015, en España nuestros gobernantes han adelantado la migración un año, para satisfacer cuanto antes a los operadores de telecomunicaciones que ofrezcan telefoní­a 4G.

El Ministerio de Industria acaba de sacar a concurso una campaña publicitaria a través de la entidad Red.es. El objetivo es divulgar las bondades de la liberación del dividendo digital y de la tecnologí­a 4G, e informar a los consumidores de que tendrán que resintonizar sus aparatos de televisión y adaptar sus instalaciones de antena colectiva. La duración de la campaña de comunicación será de cuatro meses, y los anuncios saldrán en prensa, radio, televisión y vallas exteriores. Ahora bien, seguramente el mensaje publicitario nada diga sobre quién va a costear esta nueva migración: el consumidor. Y es que esta operación afecta a 1,2 millones de edificios, según estimaciones gubernamentales.

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Los consumidores están hartos. Ya resulta difí­cil recordar la cantidad de veces que ha habido que resintonizar el televisor. En otras ocasiones, eso no bastaba y habí­a que pagar a un instalador. A finales de 2010, casi la mitad de los españoles tuvo que pagar de su propio bolsillo una adaptación de la antena por cambios en las emisiones de la TDT. Por comunidad de propietarios, el coste era de entre 100 y 600 euros, según fuera efectuar un simple ajuste de sintonización, o cambiar además los módulos del amplificador.

Ahora, este nuevo apagón durante 2013 supone modificar entre el 60 y el 70 por ciento del parque de antenas existentes en nuestro paí­s, según UTECA, la asociación que agrupa a las televisiones privadas. Esta liberalización del dividendo digital corre a cargo de los consumidores, y no del presupuesto público, como en el plan anterior del apagón analógico. El coste aproximado es de unos 20 euros por vivienda, según estimaciones de FENITEL, que agrupa a los instaladores de telecomunicaciones. Dejando a un lado todas las incomodidades de tener que resintonizar todos los televisores de la casa, por enésima vez.

Encima, esta operación carece de ventajas para los espectadores. Ni más canales, ni nuevos servicios televisivos. Disminuye el número de múltiplex: Uno menos para las cadenas de televisión autonómicas, y otro menos para RTVE. Aunque lo que está levantando más ampollas es eliminar un múltiplex para la televisiones privadas. La idea es que donde antes se emití­an cuatro canales de TDT, ahora quieren que se metan seis canales. Menos múltiplex y además de gestión compartida, como en los inicios de la implantación de la TDT en nuestro paí­s. Operadores privados, como Antena 3, La Sexta o Tele 5-Cuatro,  ya no van a poder manejar a su antojo un múltiplex para ellos solos, sino que ahora tendrá que ponerse de acuerdo con sus compañeros.

El dividendo digital son las frecuencias que antes empleaba la televisión analógica y ahora se están utilizando para difundir parte de las emisiones de la TDT. Son las bandas de frecuencias entre los 790 y los 862 MHz, que corresponde a los canales del 61 al 69. Su destino final es la telefoní­a móvil 4G en toda la Unión Europea. En España deben quedar libres para el 31 de diciembre de 2013. Para entonces, todas las programaciones de la TDT deben haberse trasladado a la banda entre los 470 y los 790 MHz.

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