Es una cámara de lentes intercambiables, sin espejo, y muy pequeña. Tan pequeña que se hace difícil imaginar como utilizarla sin que se nos caiga de las manos. La Pentax Q10 llega poco antes de la gran feria de fotografía mundial, Photokina, que empezará en la ciudad alemana de Colonia el próximo día 18.
La Pentax Q10 es la segunda generación de una serie de cámaras con personalidad propia. Su antecesora, la Pentax Q sorprendió por meter tanto en tan poco espacio. Esta segunda generación no aporta muchas cosas sorprendentes sobre la primera versión, más allá del hecho de que se siga fabricando una cámara tan pequeña con tantas posibilidades.
Las mejoras han ido sobre todo por la parte práctica. Ha mejorado la ergonomía, al incluir un agarre más cómodo para la mano. Esta mejora se hace especialmente importante en esta cámara, en la que no sólo parecía que se nos perdía entre las manos, sino que además era algo complicada de sostener.
El modelo estrena un sensor retroiluminado de 12 megapíxeles. Es cierto que la cifra parece pequeña en relación a los valores que podemos encontrar en el mercado, pero merece la pena recordar que los megapíxeles sólo indican el tamaño de la foto que obtenemos, y tienen poco que ver con la calidad de esta. Con 12 megapíxeles podemos obtener una foto con una resolución de 4000 x 3000 píxeles. Con un valor como este, podríamos imprimir una foto en alta calidad (300 puntos por pulgada) de 34 x 25.4 centímetros, más que suficiente para cualquier álbum de fotos.
La marca japonesa asegura haber mejorado también el enfoque, uno de los grandes problemas de las cámaras sin espejo. También puede grabar vídeo en calidad Full HD (1080 píxeles de ancho). A pesar de que esta es una característica que ya incluyen muchas compactas, en la Pentax Q10 adquiere un nuevo significado. Sus diferentes lentes ofrecen muchas más posibilidades que la óptica fija de una compacta. No obstante adolece de el mismo problema que la mayor parte de las compactas en la grabación de vídeo: la falta de estabilidad. La cámara es tan pequeña y ligera que puede resultar complicado mantenerla lo suficientemente firme entre las manos.
En la época de los filtros, la pequeña Pentax no falta a la cita y cuenta con la posibilidad de personalizar la foto después de la toma. Cuenta con una buena variedad de efectos que se pueden aplicar a la foto, de hecho, a algunos de ellos se accede con sólo tocar un botón de la parte trasera de la cámara.
Lo que Pentax no ha concretado es el precio que va a tener este modelo, ni cuando vamos a poder adquirirla. Es posible que lo haga a lo largo de la semana que viene, mientras dure la feria. En cualquier caso, recordamos que el modelo anterior costaba 850 euros en el pack que incluía un objetivo básico. No sería extraño que los japoneses apostaran por un precio similar para el lanzamiento de la Pentax Q10.
