Ley Sinde

Por el momento, Internet está a salvo de la alargada sombra que proyectaba íngeles González-Sinde como una amenaza amparada por la mal llamada ley que tomaba su nombre. Finalmente, el Consejo de Ministros se abstuvo de aprobar el Reglamento que pondrí­a en marcha los mecanismos para que el Gobierno pudiese cerrar webs de enlaces que supuestamente vulneraran los derechos de Propiedad Intelectual de los autores y editores.

Sin embargo, no fue hasta ayer cuando se pudo conocer el contenido del texto que acabó malográndose, pero que podrí­a resucitar como en la coda de una mala pelí­cula de terror que bien podrí­a haber escrita la guionista que se metió a ministra. Y es que aún no se sabe si la agenda de actuaciones que contempla el Gobierno entrante de Mariano Rajoy se incluye una secuela de este apartado concreto que en su momento se agazapó en la Ley de Economí­a Sostenible.

Ha sido gracias al diario El Paí­s que se hayamos podido echar un vistazo al Reglamento que pudo ser y no fue. Y, de hecho, el texto que acabó en agua de borrajas era aún más restrictivo que el que se vení­a planteando hasta el momento.

Ley Sinde

Para empezar, subrayar la necesidad de criminalizar a las llamadas webs de enlaces, algo que no cuenta con el respaldo de la jurisprudencia y el ordenamiendo legal en nuestro paí­s, tal y como se puede comprobar en las muchas sentencias que han acabado absolviendo a los responsables de las páginas que cuentan entre sus contenidos con links a material protegido con derechos de autor.

Pero ahí­ no acaba la cosa. Además, el texto contemplaba la posibilidad de que, ante reincidencia de los responsables de acciones que vulnerasen la Propiedad Intelectual de las obras en Internet, se aplicasen sanciones especí­ficas. Por otro lado, el texto hubiese dado pie al arrepentimiento para zafarse de las penas que impondrí­a el Reglamento, para lo cual, el infractor habrí­a contado con un plazo máximo de 48 horas para retirar los enlaces o cualquier otro material sensible de ser considerado protegido, dentro del cual el proceso serí­a archivado. Pese a todo, ante indicios de que la actividad de la web volviese a las andadas, la maquinaria que contempla el Reglamento se hubiese puesto en marcha de nuevo.

Por supuesto, en el Reglamento continúa presente la oscura sección segunda de la Comisión de la Propiedad Intelectual, ese órgano vigilante con potestades propias de autoridades judiciales, pero compuesto por miembros del cuerpo administrativo de varios ministerios.

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