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Ha hecho el papel de la “niña bonita”, y de la «la bien mirada». Desde hace apenas 24 horas es «la bien pagᔝ. La denominación más codiciada de Internet, el dominio más envidiado y deseado acaba de cambiar de manos. Sex.com es ahora propiedad de una oscura empresa llamada Clover Holdings Ltd. radicada en un paraí­so fiscal del Caribe, y que además tení­a, contantes y sonantes, los 9 millones de euros necesarios para hacerse con el dominio.

La historia de sex.com es corta, pero lo suficientemente tormentosa como para alimentar un buen par de novelas negras. El primer propietario del dominio fue el empresario Gary Kremer, un individuo con enorme visión comercial, que lo registró a su nombre en 1994. Era una época en la que ciertos bufetes de abogados y algunos informáticos se hací­an con el registro de los nombres más comunes en el diccionario y en todos los idiomas, para luego revenderlos.

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Kremer no tuvo demasiada suerte, porque al poco tiempo el dominio le fue arrebatado por un “ocupa digital”, Stephen Cohen. El ocupa no tení­a un pelo de tonto, y de inmediato empezó a exprimir la vaca creando una página cutre con la que consiguió llegar a facturar hasta medio millón de dólares al mes en publicidad. El propietario original, Kremer, tardó cinco años en conseguir que los tribunales le devolvieron la propiedad de su página, y para enjuagarse el mal sabor de boca, le pedí­a al ocupa 65 millones de dólares. Cohen perdió el litigio y el juicio, y fue detenido camino de México con una maleta llena de billetes. Ha salido de la cárcel en 2006.

Kremer, cansado de los problemas que le habí­a dado el dominio más deseado del mundo, se lo vendió a la empresa Escom, que al poco tiempo quebró. Han pasado varios años de luchas entre los diversos acreedores hasta que uno de ellos, (menuda novedad), decidió hacerse unilateralmente con el dominio y venderlo para cobrarse la deuda. Por fin un tribunal ha decidido que sí­, que hay que subastar el dominio, pero que el dinero se reparta entre todos los acreedores, que al fin y al cabo, entre todos tienen una deuda de 7 millones de euros, inferior al precio final alcanzado por el dominio. La oferta más alta de las 12 presentadas a la puja ha correspondido ha Clover. Ahora las apuestas están en su momento más caliente, y no cuesta demasiado trabajo adivinar a que dedicará la empresa un dominio semejante. Seguro que no lo van a utilizar para vender estampitas.

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