No encuentran la manera de estar tranquilos. Y es que en los últimos tiempos, a Apple no le han parado de crecer los enanos. En esta ocasión, no es que el iPhone 4 tenga otro fallo garrafal, ni que se haya incendiado algún chisme. Ahora la cosa va de espionaje y más en concreto, de espionaje industrial. Y es que Steve Jobs ha tenido que despedir a un empleado que facilitaba información confidencial a varios fabricantes asiáticos sobre las últimas novedades y lanzamientos de la compañía.
El caso está siendo investigado por la FBI, por varios órganos judiciales y por un juez de Singapur. El hombre, que responde al nombre de Paul Shin Devine, trabajaba en Apple desde el año 2005 y utilizó el nombre de su esposa para negociar hasta con seis fabricantes asiáticos, los mismos que le abonaban cuantiosas sumas de dinero a varias sociedades fantasma.
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