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La discográfica está triste. ¿Qué tendrá la discográfica? Los dineros se escapan de su arca metálica… sirva esta profanación de la obra de Ruben Darí­o para dar una idea de cómo se sienten las discográficas británicas, muy compungidas ellas porque dicen que la piraterí­a les cuesta 220 millones de euros anuales. Eso si asumimos, por supuesto, esa ecuación (no probada aún por el método cientí­fico) que dice que una canción descargada es una canción no vendida. Y si asumimos también que alguien es capaz de calcular las canciones que se descargan por Internet.

El caso es que las discográficas propusieron una serie de medidas al gobierno británico para combatir el libre intercambio entre las que se encuentran la polémica sugerencia de que los operadores vigilen a los internautas y bloqueen el acceso en caso de apreciarse intercambio de contenidos con derechos de autor. La medida parece ser del gusto del ejecutivo británico, que está en trámites de hacerla cumplir como ya ha hecho Sarkozy con su segunda entrega de la ley Hadopi.

Entre tanto John Petter, responsable de la operadora BT, ha comentado que, de hacerse efectivas esas medidas, los proveedores de Internet de Reino Unido deberí­an asumir unos costes de 400 millones de euros. En otras palabras, la solución es cerca del doble de cara que el supuesto problema.

Petter califica las reclamaciones del sector musical como “melodramáticas y carentes de sentido” y apunta que la persecución de los usuarios tendrá “un impacto mí­nimo” ya que propiciarí­a la aparición de nuevas técnicas para saltarse los controles. Para rematar, Petter comenta que las medidas que afecten a los proveedores de servicio telefónico acabarán revirtiendo sobre los usuarios, que podrí­an tener que pagar una media de 27 euros anuales por persona.

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Los operadores no son los únicos cabreados con la manera del gobierno británico de combatir la piretarí­a. Hasta los artistas están comenzando a manifestarse en contra de una medida, la de cortar el servicio, que no ven del todo lógica. Varias asociaciones de artistas como la Featured Artists Coalition, la British Academy of Songwriters, Composers and Authors y la Music Producers Guild han emitido un comunicado anunciando su intención de combatir esta medida. Entre los músicos firmantes se encuentran figuras emblemáticas como Paul McCartney y Elton John.

Mientras en Francia ya se agarran los machos a la espera de que Hadopi II empiece a ejecutarse en 2010, en Reino Unido la situación no está muy lejos. Por estas tierras no harí­amos mal en empezar a poner las barbas a remojar. Sobre todo teniendo en cuenta la simpatí­a de algunos polí­ticos con el sector más quejica y parasitario del artisteo y su costumbre de dictar leyes a toro pasado.

Ví­a: Abadí­a Digital / The Guardian

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