Los negocios a veces requieren de intuición y de capacidad de anticipación. A una firma como Intel no deberían faltarle ninguna de las dos cosas y, sin embargo, a los norteamericanos el éxito arrollador de los netbooks les pilló por sorpresa. Aunque no puede decirse que desagradable. Una de las características de los equipos ultraportátiles, además de su precio moderado y reducidas dimensiones, es que emplean como procesadores los Intel Atom.
El director general del departamento especializado en sobremesas de bajo coste y portátiles, Al – Khaledy, fue el encargado de hacer comprender a su empresa la importancia del nuevo producto informático. Por lo visto, en un principio no se previó el criterio de los clientes, que pronto se dieron cuenta de la utilidad de los netbooks. Como colofón, en 2007 Asus puso en circulación su Eee PC, un modelo que gozó de una amplísima aceptación y potenció el fenómeno de los ultraportátiles. Dell, Hewlett Packard o Acer se apresuraron a tomar nota.
Una de las grandes ventajas de los Intel Atom frente a otros procesadores aptos para notebooks , como los ARM, es que permiten operar con Windows. Por su parte, los ARM no son compatibles con la versión XP o Vista, ni tampoco con el próximo Windows 7. Según Al – Khaledy, la mayoría de los usuarios se decantan por las plataformas de Microsoft y en esto radica el éxito de sus procesadores. Para el ejecutivo, otros sistemas operativos, como Linux, no resultan «tan claros» para el gran público.
De cara a un futuro, la cuestión inmediata es cómo impactará Windows 7 en el mercado de los ultraportátiles. En opinión de Khaledy, no afectará demasiado. Tampoco supondrá un aumento en la venta de equipos. En lo que se mostró tajante fue en mostrar su «incomprensión» ante la política de establecer precios por encima de los 600 dólares (unos 420 euros). Al fin y al cabo, un ultraportátil sirve para lo que sirve. En el momento en que se quebrantan las pautas básicas, como el precio, se convierten en otra cosa.