Ayer estaban en la cadena de ensamblaje y hoy ya corren y sortean sus primeros obstáculos: nuestros robots favoritos se nos hacen mayores. De Asimo, el humanoide diseñado y desarrollado por el fabricante japonés Honda, ya sabía llevar a cabo muchas proezas robóticas, pero le faltaba esta última peculiaridad que los ingenieros de la firma nipona por fin le han incorporado.
La prueba por la que han pasado Asimo y su buen amigo, el HRP-2, el robot de fiero aspecto y nombre no apto para tartamudos, ha sido sencilla pero determinante. En el caso del HRP-2, el androide recibía órdenes básicas para seguir una trayectoria lineal, de forma que autoprogramaba él mismo a tiempo real la ruta a seguir. Cada vez que localizaba en su trayectoria un impedimento en su patrón, reconducía su camino, como Shakira cada vez que le regalan un CD de algún estilo que no conoce. Puede decirse que la peculiaridad en el comportamiento del HRP-2 se basa en generar nuevas rutinas cada vez que se topa con un obstáculo en su ruta.
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En el caso de Asimo la solución era sensiblemente distinta. Con el mismo paso prudente y tranquilo, el robot de Honda también traza la ruta que tiene programada para ir desde el punto A hasta la meta B. Pero la forma en que actúa difiere del HRP-2, por cuanto éste último lejos de producir decisiones creativas, simplemente abría una nueva rutina. Asimo, básicamente, sortea el obstáculo tomando decisiones, analizando las posibilidades y decidiéndose por la más, digamos, rentable para la consecución del objetivo: llegar al punto B.
La demostración que dejan patente estas pruebas abre un interesante camino en el mundo de la inteligencia artificial. Sin embargo no han faltado quienes empiezan a temblar ante el temor de que estemos a un paso de la entrada en escena de Skynet, el cruel cerebro electrónico de Terminator. Con el afable aspecto de Asimo, no creemos que haya mucho de lo que asustarse.
Vía: Engadget
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