La posibilidad de que los viajes espaciales fueran una realidad pasaba, entre otras cosas, por aligerar la carga de los vehículos utilizados. Y claro está, el combustible es de los contenidos más pesados de un vehículo, por lo que siguiendo el silogismo llegamos a la conclusión de que los transportes siderales tendrían que llevar el combustible justo para los trayectos que tengan planteados.
La única solución para lograr esto según el gobierno de Estados Unidos está en la construcción de estaciones orbitales de recarga de combustible. Gasolineras espaciales, para que nos entendamos. La idea, que parece que va en serio, parte de la base de que el futuro de los viajes fuera de la Tierra está más cerca de lo que cabría esperar, por lo que ya empiezan a adoptarse decisiones para facilitar la viabilidad de los primeros proyectos que empiecen a ponerse en marcha en este asunto.
Sin haber dado cifras ni plazos (parece que lo de mojarse de cara a la opinión pública no va mucho con este tipo de comunicados), sí que se ha sugerido que las futuribles construcciones de gasolineras orbitales tendrían que contar con la colaboración económica imprescindible de la iniciativa privada, algo que por otro lado no es muy ajeno en la dinámica de la NASA.
Al parecer, según explicó la Casa Blanca, la construcción de la primera estación sideral de combustible podría estrenarse con la siguiente misión concertada para volver a enviar al hombre a la Luna. Se trataría de pequeñas unidades dotadas del combustible necesario para que las aeronaves pudiesen emprende el viaje de vuelta, dotando a los cohetes de más ligereza tanto en un trayecto como en otro. La fecha que se maneja para esta posibilidad sería 2020.
Vía: Engadget