Podría pasar que, en un futuro cercano, sólo paremos en las gasolineras para ir al baño y comprar chucherías. Así como hay inventos utilizados para controlar la utilización del agua, las empresas también están desarrollando productos que eviten emisiones de CO2 a la atmósfera. Es el caso de Metro Buddy, un pequeño coche eléctrico de procedencia noruega, con un marcado carácter urbano y la premisa de no emitir casi ningún elemento contaminante.
En Noruega, de donde es originario este coche, la conciencia medioambiental y la lucha contra el cambio climático han calado muy hondo en la sociedad. En algunos sectores se llega incluso a sugerir ya que haya prohibiciones para los coches con motor de gasolina. Metro Buddy es una respuesta directa de todo ese ambiente verde.
El Metro Buddy tiene unas dimensiones reducidas que lo hacen ideal para la ciudad y puede alcanzar entre 80 y 120 kilómetros de autonomía con una sola carga gracias a sus baterías de Níquel o de Litio, que pueden escogerse a gusto del consumidor y recargarse en cualquier enchufe del garaje o la estación de servicio.
Evidentemente, no se trata de un coche para hacer grandes viajes ni tampoco para alcanzar grandes velocidades, pero su velocidad punta no está mal para un coche de sus características. Puede llegar a 80 kilómetros por hora.
Metro Buddy es un vehículo diseñado para tres plazas, conductor y dos pasajeros. Sus creadores tienen previsto comercialzarlo en diciembre de este año y aunque aún no han especificado cuál será su precio, se espera que sea barato.
Vía: AutoBlogGreen
A ver si es verdad lo del precio barato, porque hay una mala tendencia a que todo lo bueno para el medio ambiente sea excesivamente caro.