Los límites entre el lujo, la ostentación y el mal gusto en ocasiones son muy delgados. A veces, incluso inexistentes. Podría ser el caso, a juicio por supuesto de nuestros lectores, del GoldVish Revolution, de la firma suiza GoldVish. Un teléfono móvil con una apariencia muy suntuosa que, además, incorpora un reloj mecánico de estilo clásico. Quizás sea el único mérito del aparato. Combinar la tecnología digital con la analógica.
Lo han presentado en la pasada edición de Baselworld 2009, una muestra internacional de relojería y joyería. El reloj lo ha montado Frederic Jouvenot. Un afamado relojero suizo que, además, ha sido galardonado por su maestría.
Respecto al resto del teléfono móvil, está cubierto por diamantes tallados de 29 kilates y oro rosa y blanco de 18 kilates. De momento, sólo existen nueve ejemplares de esta pieza carísima. Cada uno cuesta la friolera de 370.000 euros. Una cifra así convierte en ridículos los 1.230 euros del Nokia 8800 Gold Arte o los 924 euros del Nokia N95 con cristales de Swarovski.
Vía: Bornrich.org