Pocos caprichos se resisten a los millonarios. El señor Tom Perkins, de profesión rico, se ha hecho con su propio submarino para uso privado. La empresa fabricante es la norteamericana Hawkes Ocean Technologies, dirigida por el ingeniero Graham Hawkes. Para su exclusivo cliente, ha diseñado Deep Flight Super Falcon, un submarino con aspecto de caza aéreo.
Las formas del Super Falcon, según Hawkes, le permiten moverse con una agilidad superior a la de cualquier animal marino, a excepción de los delfines. Dispone de dos asientos, dos juegos de alas y dos aletas. Navega a la velocidad en descenso de cinco nudos, unos 9,3 kilómetros por hora y se sumerge hasta los 122 metros. En el siguiente enlace se puede ver un vídeo que muestra un ejemplo de su navegación.
Perkins aportó dinero suficiente para que el prototipo del Super Falcon se pudiera llevar a cabo. Según reconoció Hawkes, el proyecto no se finalizó en el plazo previsto. Aunque al parecer mereció la pena, puesto que el resultado ha excedido las expectativas de los fabricantes. El segundo Super Falcon que se construya será para el propio Hawkes.
A diferencia de otros submarinos, como los C-Quester, que se sumergen mediante un sistema de contrapesos, Super Falcon se sirve de las alas para impulsarse hacia abajo. Para su alimentación emplea una serie de baterías y turbinas silenciosas. Según sus creadores, la maniobrabilidad del submarino permite manejarlo incluso en medio de fuertes corrientes.
Por cierto, Perkins pagó por su juguete 1,3 millones de dólares, casi un millón de euros al cambio. Sin embargo, existe un modelo básico con cabinas abiertas y que no se sumerge a tanta profundidad por 350.000 dólares, unos 260.000 euros.
Vía: CNN