Pilotar un avión en Australia será coser y cantar. El granito de arena para que esto suceda, lo ha puesto Tom Wilsch, un estudiante universitario que ha ganado el primer Premio de Diseño de Australia, presentando el Portable Gliding Simulator.
Se trata de un simulador de vuelo más transportable que portátil. Un simulador completamente profesional único en su diseño, que servirá para instruir a aquellos que quieran aprender a ser pilotos de aviación, aunque también podrán probarlo, todos los que quieran experimentar la sensación de sobrevolar un paisaje.
El simulador se puede acoplar a cualquier coche a modo de remolque. La cabina tiene un centro de mandos muy parecido al de un avión auténtico y una pantalla de grandes dimensiones, en la que se proyectan los paisajes.
En total, el aparato pesa unos 450 kilos y sus formas aerodinámicas, hacen que sea especialmente ligero para su transporte. El proyecto, que ha gustado muchos a los organizadores de este certamen, probablemente se convierta en el próximo aparato de entrenamiento para los futuros pilotos de la zona.
Mientras no llega, siempre podrán hacer sus primeros pinitos con el Flight Simulator Chassis, otro simulador de vuelo para volar con discreción.
Vía: AustralianDesignAwards