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Cargar la baterí­a de los equipos de bolsillo puede llegar a ser un gran problema. Especialmente cuando son varios (el móvil, la cámara, el MP3, la consola portátil…), cada uno con su propio cargador y su propio cable, que a menudo queda esparcido por el suelo. De todas las soluciones distintas que se han propuesto para erradicar este problema, la última que hemos podido probar es este Charger Box Organizer. Y lo cierto es que es un invento tan simple como práctico.

No en vano, podrí­amos considerarlo como una reinvención de la alargadera, adaptándola a los nuevos tiempos. Y nos explicamos. El Charger Box Organizer consiste en una caja de sobremesa (o sobresuelo, a gusto del consumidor) con dimensiones de 26 x 17 x 11,5 cm y un peso de apenas 300 gramos. La tapa superior está rematada por una superficie ligeramente acolchada, dividida en tres secciones de distinto tamaño para depositar nuestros gadgets.

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Pues bien, cada una de estas secciones tiene una pequeña abertura con forma de cruz en uno de sus extremos. A través de ellas, se asomarán los conectores de los cargadores que vienen en la misma caja de nuestro móvil, nuestra cámara o cualquier otro gadget. Al abrir la caja, descubrimos en su interior un pequeño cubí­culo, que incluye dos puertos USB en su parte superior y tres cables de apenas unos centí­metros de longitud, rematados cada uno por una entrada de enchufe convencional.

Como vemos, el invento es sumamente sencillo, pues estamos hablando básicamente de una alargadera metida dentro de una caja, con la novedad de los puertos USB. Pero precí­samente en dicha sencillez radica su carácter práctico. Y es que no tenemos que complicarnos la vida con adaptadores, pues usaremos los mismos cargadores que ya tenemos. Tanto los que se conectan por enchufe convencional (de 220 V), como suele suceder en los móviles, como los que requieren USB (de 200 mA), tal y como sucede con muchos MP3 de bolsillo.

Además, todos los cables se quedan dentro de la caja. Igual de desordenados que cuando los dejamos tirados en el suelo, pero quedándose fuera de la vista. Así­ pues, el Charger Box Organizer cumple también una función estética. Y por supuesto, lo interesante del producto es dejarlo preparado con todos los cargadores dentro, para que sólo tengamos a mano la salida del cargador que necesitemos usar, dejando que el gadget descanse tranquilamente en su superficie. Por supuesto, la caja tiene su propio cable de alimentación, además de un botón de encendido y apagado, para bloquear o dar paso a la corriente eléctrica.

Los inventores de otros «multicargadores»; como las placas Wildcharge (que proponen recarga por contacto a cambio de comprar adaptadores especiales para cada aparato), la base IDAPT (que tiene un concepto parecido al del Charger Box Organizer pero también requiere adaptadores) o el cargador universal de móviles AnyFix (que es más una pieza de diseño que otra cosa), deberí­an tomar nota de este ejemplo. Y es que, a veces, la mejor solución a un problema es la más sencilla.

Además, el precio del Charger Box Organizer no se dispara muy por encima de lo que, en términos lógicos, muchos estarí­an dispuestos a pagar por él: los modelos de color negro o blanco salen por 30 euros. Los más exquisitos también pueden hacerse con un modelo especial con acabado de piel, que sube a 45 euros. En resumen, un invento práctico y asequible, y quizás una solución en la que se deberí­a haber pensado hace bastante tiempo.

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