La noticia casi parece un chiste. O al menos, los creadores del famoso vídeo The Internet is for Porn podrían dedicarle una estrofa si hiciesen una nueva versión de la canción. El caso es que la AFPA, asociación estadounidense de auxiliares de vuelo, ha pedido a American Airlines que use filtros para la conexión a Internet que ofrece en algunos de sus aviones. Parece ser que las azafatas han pillado a más de un pasajero visitando páginas porno para hacerse más ameno el viaje.
American Airlines es una de las compañías aéreas que ofrecen acceso a Internet por Wi-Fi por un pequeño extra (entre 10 y 12 dólares en función de la ruta), de momento sólo en algunos vuelos dentro de Estados Unidos y a modo de prueba piloto. Y según la AFPA, dicha conexión ha dado lugar a que tanto tripulantes como pasajeros hayan interpuesto un gran número de quejas por el contenido erótico que algunos viajeros visualizan en las pantallas de sus portátiles.
En cambio, la compañía aérea le resta importancia al asunto. Según Tim Smith, portavoz de American Airlines, sólo una pequeña minoría de pasajeros ha aprovechado la conexión de a bordo para acceder a contenidos para adultos. Y en cualquier caso, no es la única forma para ver porno en un portátil mientras se viaja en avión, pues ahi están los DVDs o sin ir más lejos el disco duro del propio ordenador.
Que sepamos, tampoco está prohibido hojear una revista pornográfica en el asiento. Otra cosa es que te llamen amablemente la atención y te pidan de forma cortés y respetuosa que, al menos, tengas el detalle de meter el Penthouse dentro de otra revista para tapar los encantos de la chica de portada. Smith afirma que no es la primera vez que se producen este tipo de situaciones, las cuales «siempre ha sido resueltas con gran éxito» por parte de su personal aéreo.
Pero cuando Internet está de por medio la situación cambia. Y más en un país de ideología tan puritana como Estados Unidos (aunque paradójicamente tengan la mayor industria pornográfica del mundo). Por ejemplo, el aeropuerto de Denver colocó un filtro en su conexión WI-Fi gratuita el pasado mes de marzo, en teoría para evitar que se visitasen webs subidas de tono. En la práctica, se bloqueó el acceso a varias revistas y blogs que tenían bastante poco que ver con el porno. Ya se sabe lo que pasa con los filtros.
Esta metedura de pata podría tener un pase, pues la conexión es gratuita. ¿Pero qué pasa con los clientes de American Airlines que pagan religiosamente su conexión aparte del billete de avión? ¿Les descontarán un dólar cada vez que el filtro les impida acceder a determinadas páginas? Hay que reconocerlo: a mucha gente puede molestarle ir sentado al lado de un fan de Jenna Jameson que mata el tiempo visionando las mejores escenas de su carrera. Pero si eso es denunciable, más lo son aún algunas películas más «convencionales» que la compañías reproducen a bordo en pantallas que están a la vista desde todos los asientos.
Vía: CNET News
