La lluvia acostumbra a pillarnos desprevenidos a todos. En esto pensaba Shiu Yuk Yuen cuando diseñó un paraguas que pudiera llevarse a todas partes y, al mismo tiempo, cumplir su función principal con eficacia. El caso es que el Eco-Brolly, así es como lo ha llamado, es el esqueleto de un paraguas que se puede plegar y llevar discretamente guardado. ¿Y cuando llueve? Pues se saca el paraguas, se despliega y se le añade cualquier cosa que tengamos a mano y que encaje con la peculiar estructura: un periódico, una bolsa de plástico…
La idea, según su creadora es obtener un paraguas totalmente ecológico, en el sentido que en cada ocasión que nos sorprenda la lluvia, podamos utilizar cualquier cosa reutilizable y que después pueda tirarse a la basura. El funcionamiento es muy sencillo: desplegamos el esqueleto, abrimos el tapón y clavamos el periódico. Tapamos de nuevo. Y listo. Ya tenemos un apaño de paraguas para salvarnos de la lluvia o incluso del sol.
¿La utilidad? Esto es un punto y aparte, ya que los paraguas corrientes todavía no tienen nada de anti-ecológicos, así que la idea de Shiu Yuk Yuen puede ser útil para recorrer distancias cortas bajo la lluvia o simplemente para deshacerse de algún que otro periódico. Y no miramos a nadie. Habrá que ver si alguien se atreve a comercializarlo, aunque para innovación en paraguas, ya tengamos el Nubrella o el modelo capaz de predecir el tiempo.
Vía: SlipperyBrick