De acuerdo. Por mucho que insista el creador de este móvil conceptual, no no sparece que tenga forma de huevo. A pesar de lo dicho, el diseño elíptico de la carcasa de este Egg es bueno. Pero… a fin de cuentas es como un iPhone con un diseño muy curioso, sin ninguna novedad sorprendente o fantástica en sus características.
No hace falta el habitual teclado numérico porque incorpora tecnología táctil. La pantalla es rectangular, pero en algunas de las imágenes vemos como el fondo negro se integra a la perfección con el resto del terminal, dando una sensación de continuidad muy elegante. Evidentemente es más fácil conseguir ese efecto en un diseño que llevarlo a cabo realmente, pero, a priori, tiene buena pinta.
Lleva una cámara de fotos con resolución de 3,2 megapíxeles, así como 4 gigabytes de capacidad de almacenamiento para guardar vídeos, música y lo que haga falta. En la parte inferior dispone de una conexión USB para enchufarlo al ordenador. También incluye conectividad sin cables a través de Bluetooth y Wi-Fi. Como ves está bien provisto, pero tampoco es nada del otro jueves.
No obstante, la intención del diseñador Roman Tubl con este terminal no es crear el teléfono definitivo, armado hasta los dientes de opciones y posibilidades (para eso ya están los disparates de los concursos de diseño). Prefiere un móvil sencillo, fácil de manejar, y que al mismo tiempo resulte vistoso para el usuario. En este sentido sí que ha logrado su objetivo. Eso sí. Si en algún momento lo lanzan al mercado esperamos que la calidad de la pantalla mejore respecto a lo que se muesta en la foto de abajo.
Vía: TechEBlog