Las últimas videocámaras domésticas de alta definición (véase el modelo de Samsung) están pensadas para grabar escenas de cumpleaños o viajes. Este modelo del catálogo de Maplin es otra historia. La calidad de imagen no es tan buena. A cambio, permite conseguir imágenes en circunstancias arriesgadas que de otro modo sería imposible captar. Todo, gracias a su diminuto tamaño que permite llevarlo ajustado en la oreja.
Las autoridades del Reino Unido los emplean en tareas de vigilancia, pero el uso policial es sólo una de sus múltiples aplicaciones. Imagina lo difícil que sería grabar, por ejemplo, un descenso en esquí o la escalada de una montaña desde tu propio punto de vista, si una de las manos tiene que sostener constantemente la cámara. En cambio, estos dispositivos se llevan cómodamente en la oreja como si fuesen un pinganillo, proporcionando total libertad a tus manos. Tampoco tenemos que preocuparnos por el encuadre, porque básicamente se graba lo que se ve, eliminando las molestas vibraciones de la “cámara en mano”.
La resolución es de sólo 450 líneas horizontales, algo escasa teniendo en cuenta los tiempos que corren, ya que nuestra sistema de televisión de definición estándar alcanza las 576 líneas horizontales de imagen. No obstante, en relación al tamaño del aparato no está nada mal. Además, su lente de 4,3 milímetros ofrece un amplio rango de visión de 80 grados, y lleva un micrófono integrado para captar el sonido ambiente
La cámara no es capaz de almacenar los vídeos por sí sola. Captura las imágenes y se envian a un dispositivo grabador independiente (no incluido) que se conecta por cable. La cámara cuesta 300 libras, más o menos unos 382 euros y se acompaña de todos los cables de alimentación y conexiones externas necesarios.
Vía: Maplin