Los edificios Guggenheim destacan por su aspecto exterior, el Corpus, en cambio, lo hace con su instalación interna. Este museo, inaugurado en las afueras Amsterdam el mes pasado, esta dedicado íntegramente al interior del cuerpo humano. Hasta ahí no parece nada fuera de lo común. Pero si añadimos que cada una de sus salas recrea una parte de la anatomía vista desde dentro y a gran escala, entonces la cosa cambia.
Es decir, en lugar de un típico recorrido con salas y pasillos, en este edificio puedes pasearte por la boca, el cerebro o el sistema digestivo de una persona. Es como si los visitantes se convirtiesen en los personajes en miniatura de la serie de dibujos animados Érase una vez… la vida, para contemplar bajo una perspectiva inusual cómo funcionamos por dentro. El recorrido comienza en la rodilla y finaliza en el cráneo a través de ocho salas.
Cada una de sus distintas habitaciones ofrece algún tipo de documento audiovisual de carácter divulgativo, aportando información acerca de la parte concreta que representa. Lo mejor de todo es que, en lugar de los habituales vídeos explicativos (que suelen ser un tostón), incorporan actividades amenas que fomentan la interactividad con el público. Por ejemplo, puedes saltar como un niño sobre la lengua. O ver una película en tres dimensiones sobre el proceso de fecundación. O tirar cacahuetes a una pantalla para acabar con las bacterias.
La idea de este divertido museo se le ocurrió a Henri Remmers, que ha estado trabajando en él durante los últimos siete años. Combinando el espíritu educativo con la naturaleza participativa de la muestra espera inspirar a la población para que lleven una vida más sana. “Si caminas a través del cuerpo y ves su mecanismo único, sus funciones… adquieres más y más respeto sobre tu cuerpo… y piensas un poco más en la buena comida y en el ejercicio”. Excelente forma de pasar un buen rato y concienciarse al mismo tiempo.
Vía:Wahington Post
Como me gustaria visitar este museo algun dia ^^
que fantástico, es una maravilla