Los supermercados colocan los productos por zonas para facilitar la búsqueda por parte del cliente. Sí, pero cada uno lo hace como Dios le da a entender, y al final tenemos que ir varias veces para terminar de orientarnos bien (casi como cuando uno llega a una nueva ciudad sin conocer nada de sus calles). A no ser, claro, que los carritos de la compra sean como el de la foto, capaz de guiarnos hasta cada producto e incluso asesorarnos para hacer una compra sana.
Lo fabrica la empresa MediaCart, que ha contado con el asesoramiento de Microsoft para el software. Lleva una pantalla de 12 pulgadas en su parte delantera que muestra su posición exacta dentro del supermercado y una serie de indicaciones para llegar a los productos que queremos, eligiendo las rutas más cortas y sencillas. Esto lo consigue gracias a un chip que localiza constantemente al carrito a través de una conexión Wi-Fi.
Podríamos preguntarle directamente dónde está determinado producto, ya que funciona por órdenes de voz. Para ello, lleva micrófonos integrados en el manillar, junto con controles para navegar por la pantalla y un lector de códigos de barras para saber el precio de los productos y añadirlos a la lista. Con una tarjeta especial, también podría asesorarnos para que no nos pasemos de calorías y productos poco saludables en nuestra compra.
Y aquí está la trampa. Al usar este tipo de tarjetas individuales, el carrito procesaría todas nuestras compras anteriores, y mientras recorremos el supermercado nos lanzaría una serie de recomendaciones de compra que son en realidad publicidad. Las recomendaciones se adaptarían a los productos que solemos comprar, sí, pero sólo aparecerían los de aquellas marcas que paguen religiosamente una tarifa para anunciarse en la pantalla del carrito.
También incorpora un sistema de seguridad, que lanza un aviso a una centralita cuando se aleja demasiado del supermercado. Se presenta como una doble solución para facilitar la compra al cliente y aumentar las ventas gracias a estos avisos publicitarios, y podría llegar a los supermercados británicos durante 2009. Lo que no tiene es un sistema de propulsión como el carrito de Andy Tyler.
Vía: The Mail on Sunday