Decorar cualquier invento electrónico con cristales de Swarovski se ha convertido en deporte nacional. Todo fabricante que se precie tiene algún cacharro elevado a la categoría de obra de arte carísima. Lo que empezó con aquellos lápices USB de Philips con forma de corazón y candado ha acabado convirtiéndose en una fiebre que amenaza con extenderse hasta el infinito y más allá. Muy pronto podríamos ver cristales de Swarovski incrustados en una mesa camilla o en un jamón de jabugo. Para este ocasión, la moda bisutera se manifiesta en unos auriculares de 1.670 euros.
60.000 incrustaciones de los susodichos cristales, y, encima, de color rosa. Para no pasar inadvertido, como si llevásemos el portátil de Hello Kitty. Por ese precio, esperemos que al menos suenen bien.
Vía: Tech Digest
Sólo los 70 del pico ya me salen del alma… :s