Los investigadores de la Universidad de San Louis decían que su batería alimentada de azúcar podría ser aplicada en aparatos electrónicos en menos de cinco años. Pues bien, han pasado apenas cuatro meses de aquello y Sony ya ha anunciado que está desarrollando las suyas. De momento, pueden generar 50 milivatios de energía eléctrica.
No sabemos si ambos proyectos están relacionados, pero el caso es que funcionan exactamente igual: unas enzimas transforman la glucosa en electricidad. Sony aporta al invento una pequeña carcasa cuadrada de 4 centímetros de lado, fabricada con materiales biodegradables para que sea más ecológica si cabe.
Sólo habría que verter dentro de la cajita un líquido que contenga azúcar (los investigadores universitarios dijeron que con refresco no iba mal del todo) y enchufarlo a un aparato. Claro que, de momento, es muy limitado: se necesitan varias de estas baterías para hacer funcionar un reproductor de música y unos auriculares.
Esperemos que a Sony le vaya bien con estas «baterías dulces«, siempre y cuando no sean defectuosas ni exploten. Hay que conservar el medio ambiente, pero sin arriesgarse a que no nos dejen subir a un avión. En esperas de alguna noticia sobre cuándo podrían comercializarse, os dejamos con este vídeo divulgativo sobre el invento.
Ví¯a: Yahoo News