“Lo importante para el usuario no es la tecnología, sino la experiencia”. Son palabras de Rudy Provoost, CEO de Electrónica de Consumo de Philips, en uno de sus discursos de esta IFA 2007.
De alguna forma, el Sr. Provoost pretendía con esta frase transmitir la esencia del nuevo invento de Philips. La esencia del Aurea. Desde este blog ya adelantamos lo que podría dar de sí esta nueva pantalla. Un televisor delgado que, de alguna forma amplía su imagen a través de un marco iluminado interactivo y luces traseras. Unas luces que cambian de color para adaptarse a la propia imagen televisiva.
Lo que ofrece el televisor se puede apreciar (en parte) con las fotos que mostramos, pero la experiencia mejora sensiblemente al ver el televisor en vivo.
En contra del Aurea, ya contamos en un post anterior que, si tenemos en cuenta la calidad de imagen y la naturalidad en la reproducción, posiblemente, este televisor no es el mejor del mercado. Y eso que Philips se ha esforzado por incluir sus mejores avances en imagen”¦ Pero es que ese no es el espíritu del televisor. Este Aurea no pretende convencer al concienzudo puntilloso de la imagen perfecta, ni al ortodoxo de la televisión natural y detallada.
El objetivo del televisor es seducir a primera vista al aficionado de a pié a través de su aura luminosa. Precisamente, el nombre inicial para este televisor era Aura, pero por dificultades de registro en algunos países, decidieron llamarle Aurea. Palabra que no describe tan exactamente la esencia del equipo.
El Sr. Provoost para sus discursos ha echado mano de todos sus ases. Incluso, en una de sus presentaciones en la Feria le ha acompañado Stefano Marzano, responsable de Philips Design. Según ha dicho el Sr. Marzano, este televisor “expande los contenidos fuera de la pantalla”. Y ha añadido que el objetivo de su equipo de profesionales no es simplemente diseñar productos. “Además de dar forma, aspecto y color a los equipos, estamos aquí para definir las relaciones entre la gente y los equipos. Para resolver el modo en el que la gente usa los equipos”.
Además de ser el responsable del equipo que ha diseñado el Aurea, Marzano es uno de los nombres propios del diseño electrónico a nivel mundial. En 2005, la revista americana BusinessWeek le catalogó como uno de los cuatro ”˜Best Leaders of 2005”™ en innovación y, en 2001, le concedieron el premio “the World Technology Award” en Diseño. De hecho, el equipo de Marzano ha colaborado en el desarrollo del ordenador iMac y muchos de sus diseños hoy se pueden ver en museos de todo el mundo.
Con todas estas credenciales y esta entrada, parece que Philips apuesta fuerte por el invento. Aunque el Aurea tenía previsto ver la luz en 2008, la multinacional ha querido adelantar el lanzamiento a este año. Incluso aunque tengan pocas unidades. Y parece que no les importa apostar fuerte a pesar de que el precio de entrada será alto. Al final, el Aurea estará disponible en tamaño de 42”™”™ con tecnología de cristal líquido y costará en torno a 4.000 euros en Europa (no 5.000 como adelantábamos hace un mes).
Un televisor que llama la atención de entrada. Ahora, el siguiente paso será comprobar si la multinacional es capaz de comunicar la esencia de este invento. Y, después, si el aficionado se interesará por el nuevo televisor.
Igual soy muy raro pero a mí esto de las luces en el TV no me gusta nada. En los centros comerciales en los que he visto esta tecnología de Philips, he acabado estando más atento a la luz que proyectaba el TV que a la imagen de la pantalla.
Claro está que gustos hay miles y también es cierto que yo he visto los modelos que hay actualmente en el mercado no estos nuevos. Pero de todos modos la idea no me llama mucho la atención.
Cuando yo me siento a ver una película en mi salón, soy de los que apagan las luces e intenta emular lo más posible a las salas de cine por lo que, lo de la luz saliendo del televisor…
Un saludo!!
Nanouk, como dices muy bien, hay miles de gustos. Al destacar el invento no digo que tiene que gustar a todos…
Simplemente que destaca del resto por su originalidad. Después de verlo un rato, a mi me ha parecido más relajante y agradable… Y, después de verlo un rato, dejas de ver las luces y te centras en la imagen…
Sin embargo, es cierto que habrá aficionados que no quieran ni probarlo porque, de entrada, no simpaticen con el invento…