El Terabyte, esa unidad de medida de datos que significa 1.024 gigas, empieza a convertirse en un estándar. Ya hay discos duros que miden su capacidad en «teras», mediante la técnica de incluir varias unidades de almacenamiento dentro de una misma caja. Ahora ocurre algo parecido con los discos ópticos. Dentro de poco, veremos DVDs con varios teras de capacidad, gracias a la combinación de muchas «capas» dentro del disco o la acción de proteínas microscópicas.
Vayamos de menos a más. La empresa israelí Mempile asegura que ya ha fabricado prototipos de discos ópticos con 800 gigas de capacidad. En dos o tres años, planean lanzar al mercado modelos de 1 tera, y posteriormente, 5 teras. El secreto está en las distintas capas de grabación, esas láminas de grosor microscópico que forman el disco.
Los DVDs convencionales tienen una o dos capas, lo que les permite almacenar hasta 4,7 y 8,5 gigas, respectivamente. Los nuevos DVD de alta definición, también en versiones de simple y doble capa, consiguen más: 15 y 30 gigas el HD DVD; 25 y 50 gigas el Blu-ray.
Unas medidas que se quedan pequeñas frente a los «teradiscos» de Mempile, que incluirían 200 capas de 5 gigas de capacidad cada una. Así llegarían al terabyte de capacidad, sin que el grosor del disco se vea alterado, pues cada capa mediría 5 micrómetros. Para hacernos una idea, estas 500 capas puestas una encima de la otra apenas supondrían medio milímetro de grosor. Beth Erez, Jefe de Marketing de Mempile, añade que estos discos tendrían un periodo de vida útil de 50 años.
Las bacterias también pueden ser buenas
Y hablando de milímetros y micrómetros, tenemos que referirnos a seres tan pequeños como los microbios. Uno de ellos, llamado Halobacterium salinarum y que habita en los saladares, produce en su membrana una proteína llamada bacteriorhodopsin (bR), que capta la luz del sol para que el microbio obtenga energía. Al profesor Venkatesan Renugopalakrishnan, de la Universidad Internacional de Florida, se le ocurrió usarlas en la capa óptica de un DVD, con el objetivo de conseguir hasta 50 terabytes de almacenamiento.
Sí, sí, 50 teras. O lo que es lo mismo, más de 50.000 gigas. Cuando reciben luz, estas proteínas se dividen en varias «moléculas intermedias», cada una con forma y color distintos. A las pocas horas, las moléculas vuelven a unirse. Mediante manipulación genética, el científico ha conseguido crear proteínas que se mantienen en estado de separación durante varios años.
Esto tendría una aplicación directa en el sistema usado hoy en día para el almacenamiento de datos: el binario. Ése que trabaja con ceros y unos. Según explica el propio Renugopalakrishnan (seguro que es ‘Renu’ para los amigos), «el estado original de la proteína podría ser el 0, y alguno de sus estados intermedios sería el 1».
El invento, en el que participan organismos como la Unión Europea y el Ejército de Estados Unidos y empresas como NEC, podría ser lanzado al mercado en forma de disco duro externo en 12 meses, y como DVD en dos años. La realidad, a veces, supera a la ficción, aunque todavía esté por verse.
Vía: tech.co.uk / getusb