Cubo de Sonoro – Hemos probado

Música elevada al Cubo

Aunque se llama Cubo, no tiene forma cúbica al cien por cien. Es un aparato de bordes redondeados que sirve como reloj, despertador, sintonizador de radio FM y reproductor de música, tanto por CD como conectándole un MP3. El viejo concepto de compacto con música y radio, pero con algunos cambios. De entrada mantiene un diseño llamativo, de cierta clase y retro; sin embargo, no van tan lejos como para ponerle casete y, además, lleva pantallita LCD y controles de pulsador.

Un compacto con estilo

El Cubo nos recuerda a esas cajas retro monofónicas y de diseño, en plan radio personal para el despacho, que Tivoli Audio vende desde hace años. Una salvedad: los alemanes de Sonoro lo han hecho un poco más grande y pesado que los modelos clásicos de Tivoli. Y es que este cubo mide 21 x 13,7 x 23 centí­metros y pesa 3,7 kilos.

En el frontal encontramos la entrada para los CDs, los controles y una pantalla LCD donde se muestran la hora, las emisoras de radio y la información de las canciones. En el centro de la cara superior del Cubo está el único altavoz del equipo, rodeado por los controles del despertador. A pesar de ser monofónico, la calidad del sonido del equipo es sensata.

Finalmente, en la parte trasera están todas las conexiones del equipo: una salida para una segunda caja acústica (para que suene en estéreo) y la antena de radio y una entrada para conectar un MP3 o, directamente, el ordenador.

¿Quién quiere al Cubo feroz?

Es un equipo para enseñar. Es más decorativo que otra cosa, ya que lo más importante del aparato es su diseño. No suena mal, pero hay que recordar que, sin la ayuda externa de otro altavoz, oí­mos la música en mono. Pero si quieres ser el más cool de la oficina o buscas decorar la mesa del despacho de casa y te gustan los equipos de Bang & Olufsen, el Cubo cubrirá tus necesidades. Incluso, en este caso, podrás poner el Cubo en la mesilla de noche para el afortunado dí­a que te toque enseñarlo.

Sus puntos fuertes

No es un derroche de virtudes tecnológicas, pero luce. Es un equipo con aire moderno, pero con cierto toque retro. Combina bastante bien tanto en el cuarto del niño como en la mesa de nuestro despacho del trabajo. Tiene una amplia gama de colores, tres de ellos con acabado de madera natural (nogal, cerezo y arce).

Además de los siete colores planos que ya estaban disponibles (negro, blanco, gris plateado, rojo, rosa, verde y amarillo) acaba de sumarse una edición limitada: el Ice Cubo, que es el que hemos probado nosotros, y viene en color turquesa. Para que elijamos el que mejor combine con el sitio en que queremos colocarlo.

Se puede mejorar

Ya hemos dejado claro que lo importante de este Cubo es su diseño. Y en este aspecto, lo que más falla es el tamaño, excesivamente grande. Le sobran centí­metros, sobre todo, de profundidad. Es la pata coja de un equipo con aspiraciones a convertirse en un icono de coleccionista y en un objeto de deseo (dentro de la caja del que nos han enviado vienen incluso unos guantes blancos de algodón, como los de Mickey Mouse, para que no manchemos su superficie con nuestras manos).

En la parte técnica, nos ha parecido mejorable que sólo pueda leer CDs de audio (podrí­a leer discos MP3). Aunque hoy tampoco es tan importante, ya que cada vez usamos menos los discos ópticos y más el MP3. Esto sí­ lo habrí­amos considerado como un fallo de bulto, ya que la conexión de minijack para el MP3 hoy es básica para cualquier equipo de música que se precie.

Recomendamos complementos. Altavoz adicional para que suene en estéreo.

Precio. 260 euros (En España se encuentra a través de una firma de Valencia que se llama Sarte)

Ficha de caracterí­sticas