Comprar una tele para el mundial

Puede ser una buena excusa para comprar una tele. Llega el mundial y hay que verlo como dios manda. El hecho es que cada vez que viene uno de estos acontecimientos deportivos multitudinarios se dispara la venta de televisores. Aumenta hasta un 30% respecto a los años en los que no hay evento. Y, si en Europa el detonante es el balompié, En Estados Unidos el culpable es la final de la SuperBowl. El fútbol americano. Por cierto ¡que curioso eso del fútbol americano! Es un deporte que consiste en darse de tortas para conseguir una pelota con forma de melón llevándosela con las manos. No sé porque lo llaman fútbol (pie-balón).

El hecho es que, además de estar con el Mundial de fútbol a la vuelta de la esquina, estamos en pleno proceso de cambio. Estamos pasando desde un periodo de medio siglo con televisores enormes de tubo de rayos catódicos a la nueva tecnologí­a de TV delgados a base de cristal lí­quido o plasma.
Por cierto que aquí­ tenemos la primera pregunta: ¿Plasma o LCD?

Mi punto de vista es que depende del tamaño. Para teles por debajo de las 40”™”™, interesan las de cristal lí­quido (también conocidas como LCD o TFT). Para tamaños de 50 o por encima, las de plasma.

¿Y que hacemos con las de 42 y 43 pulgadas? Justo este año están a un precio similar unas y otras. La mayor pega de las de plasma es que hay que tener cuidado para no tener mucho tiempo imágenes fijas en pantalla porque podrí­an quedarse marcadas. Es verdad que suelen llevar un salvapantallas, a pesar de esto, hay que tener cuidado (sobre todo al principio de poner en marcha el televisor).

Las de LCD tienen una luminosidad muy potente. A cambio, el color negro no llega a ser negro del todo. Además estos televisores resultan especialmente sensibles a la hora de mostrar imágenes de ví­deo con movimientos rápidos (sobre todo en horizontal). Todos tienen sus pegas.

¿Lo imprescindible? Al comprar una gran tele de salón, debemos asegurarnos de que lleve sintonizador TDT (Televisión Digital Terrestre) o que esté preparada para mostrar imágenes de alta definición (HD ready).

Mucho cuidado con las superofertas del Media Markt de televisores con el sí­mbolo HD ready (preparados para alta definición). A veces se trata de TV que llevan un panel de resolución convencional (640×480 puntitos). Unas teles que, en caso de recibir imágenes de resolución mejorada se ayudan de un escalador para adaptar (en plan chapucero) las imágenes de alta definición en su panel de baja.

¿Más datos? Yo me fijarí­a en temas prácticos como la entrada HDMI (entrada de TV de alta resolución), el PIP, PAP, etc (para ver dos canales a la vez)”¦

Un detalle importante a la hora de comprar es llevar una pelí­cula en DVD que conozcamos bien y que nos guste. Una pelí­cula que tenga mucho movimiento y buenas imágenes para verla en distintas teles.

Después de las pruebas, veremos y comprobaremos que las firmas que llevan mucho tiempo haciendo teles (Philips, Loewe, Pioneer, etc) presentan las mejores imágenes y nos gustan más.

Por último. ¿Qué tamaño de tele? Es fácil. Si tenemos dos metros y medio desde el sofá a la pared (o a la estanterí­a o al mueble), veremos de forma excelente una tele de 40 pulgadas (más o menos). En realidad ni siquiera sé si existe algún modelo que tenga exactamente 40′ de diagonal. Las teles suelen tener 37”™”™, 42”™”™ o 43”™”™. Así­ pues, todas estas valen.

Ante esta afirmación algunos pensarán que es demasiado grande. Cada uno es libre de pensar lo que quiera. Yo os aseguro que este pensamiento es lógico si tenemos en cuenta que venimos de donde venimos. Es decir, de un mundo con armatostes gigantes que luego llevan una pantalla muy pequeña. Eso es lo único que hemos conocido.

No nos dejemos engañar por nuestra propia inercia. A todos los que les he recomendado una tele grande y me han hecho caso, luego me lo han agradecido mucho. Y, los que no me han hecho caso, después han reconocido que tendrí­an que haberla comprado más grande.

Yo, tengo claro que compraré una de 50 ó 60 pulgadas cuando bajen un poquito más (todaví­a resultan caras). El que tenga oí­dos que oiga y el que tenga ojos, que vea.