Ni una semana lleva en el cargo Donald J. Trump y no gana para disgustos. Primero dentro de su país con las manifestaciones que acabaron en disturbios en algunas principales capitales estadounidenses, y ahora fuera de sus fronteras con las declaraciones de China al respecto de las posibles decisiones en materia de política económica exterior que podría tomar el nuevo ocupante de la Casa Blanca y su equipo. China fue uno de los blancos más recurrentes durante la campaña electoral, haciendo referencia a que EEUU necesitaba limitar el poder de mercado del gigante asiático para así hacer florecer la economía propia, todavía no recuperada del todo del golpe que supuso la enorme reciente crisis . En su programa electoral Trump proponía un arancel del 45% en las exportaciones chinas, algo que ha sacudido a sus autoridades y les ha hecho prepararse para un contraataque. El diario oficial del régimen ha transmitido la opinión de su gobierno, quien afirma que de darse esta guerra comercial contra ellos, los productos de Apple, especialmente su dispositivo estrella, el iPhone, así como los coches americanos, podrían encontrarse con un declive sustancioso en ventas, a través altos impuestos a la importación que encarecerían el precio notablemente en el país, además de trabas administrativas que ralentizasen la puesta en circulación de los productos.
La ley norteamericana no permite gravar productos foráneos por encima del 15%, excepto en casos extraordinarios o situaciones límite. Por ello sabemos que Donald Trump no cumplirá completamente su amenaza, aunque tiene margen suficiente para hacer daño a la industria china, y prepararse para las represalias.
China y EEUU: mucho que perder
Estos son los datos: las importaciones de EEUU a China van camino de alcanzar un valor de 100.000 millones de dólares (a estas alturas lleva 80.000), cantidad que ya se generó el pasado año 2015. China, por su lado, exporta a EEUU por valor de 340.000 millones de dólares en lo que va de año, y el año pasado llegó a los 500.000 millones de dolares en exportaciones. Esta balanza comercial es negativa para EEUU, sin que eso signifique necesariamente pérdidas, tan sólo un desajuste entre importaciones y exportaciones. Para Apple, sin embargo, un bloqueo de ventas en China sí podría significar una pérdida notable. A finales de 2015, Apple había vendido 131 millones de iPhones en el mercado nipón, más que en su propio país, llegando a ser allí la marca de smartphones más vendida, con un 17% de cuota de mercado, por encima de Samsung y Xiaomi, sus inmediatos competidores en ventas.
Desde EEUU se vive con incertidumbre la situación, ya que desde su elección como presidente, Donald Trump ha mostrado un perfil mucho más conciliador de lo que nos tiene acostumbrados, aunque no se sabe si durará mucho o es sólo una postura temporal. Muchos puestos de trabajo podrían verse en juego si al final se decantase a llevar a término sus propuestas y Apple se encontraría con un gran muro comercial difícil de saltar.
la palabra NIPON se refiere solamente a JAPON y nunca a CHINA.