La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ya lo avisó recientemente tras registrarse algunos incidentes: Los drones suponen un serio peligro para la aviación comercial. El último ha tenido lugar hace algunos días en el aeropuerto parisino Charles de Gaulle, cuando un Airbus A320 de la compañía Air France evitó de casualidad el choque con uno de estos aparatos no tripulados durante una maniobra de aterrizaje. La noticia ha sido bastante importante, puesto que el dron en cuestión no tenía autorización para volar en esa zona.
El hecho ocurrió el pasado 19 de febrero. Un Airbus A320 que hacía el trayecto Barcelona-París y en el que viajaban un centenar de personas, se topó con un dron al iniciar la maniobra de descenso a las pistas. Concretamente el avión se aproximaba a la pista 26L del aeropuerto parisino a una altura de unos 1.600 metros, descendiendo a unos 300 metros por minuto. Según las informaciones ofrecidas por el Organismo de Investigación de Accidentes (BEA) en un comunicado, fue el copiloto el que advirtió la presencia del aparato. Inmediatamente se procedió a la desconexión del piloto automático, y a realizar una maniobra de emergencia para evitar la aeronave teledirigida, que, según el comandante, pasó a unos cinco metros por debajo del ala izquierda del avión comercial.
La tripulación informó al controlador aéreo del encuentro con el dron, que no tenía autorización para volar ni en los aeropuertos ni en sus proximidades. La BEA considera que se trata de un «incidente grave», ya que que muchos radares son incapaces de detectar objetos en vuelo de tamaño tan pequeño. Además, cuando se detecta la infracción, las intervenciones pueden tardar tiempo en llegar, lo que podría poner en riesgo la seguridad aérea y la vida de cientos de personas.
El suceso se ha conocido días después de que el sindicato Balpa (Asociación de Pilotos Aéreos Británicos) exigiera al Gobierno del país abrir una investigación para conocer qué ocurriría en el caso de que un dron chocara en el aire con un avión. La petición ha estado motivada tras denunciarse varios casos en los que estos aparatos casi chocan con aviones comerciales. Balpa ha señalado que entre el 11 de abril y el 4 de octubre del año pasado se denunciaron 23 casos en los que estuvo a punto de producirse un impacto de este tipo. De todos ellos, doce recibieron la categoría «A» (una de las más peligrosas).
Por su parte, solo en Estados Unidos, según la Administración Federal de Aviación (FAA), se han llegado a contabilizar más de 300.000 drones nuevos de más de veinticinco kilos de peso desde principios de año. Todos y cada uno de ellos puede suponer una verdadera amenaza para la seguridad área, en caso de cruzarse con alguno de los aviones comerciales que sobrevuelan la zona. Por tanto, es cuestión de tiempo que se produzca un accidente importante. Y, cómo están las cosas en nuestro país? En España se está pendiente de que se realice una revisión sobre la regulación de los drones por parte de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). En la actualidad aquellos que pesan menos de veinticinco kilos no pueden superar los 120 metros de altura.