Sabíamos que en algunos casos la afición por los iPhone rayaba la locura, pero no hasta esos extremos. Este pasado viernes, la Oficina del Sheriff del Condado de Boulder, en Colorado, arrestaba a una niña de 12 años que según las hipótesis, había intentado llevarse a su madre por delante. Al parecer, la muchacha ha sido internada en el Centro Juvenil de Boulder acusada de dos cargos de intento de asesinato en primer grado después de que su progenitora le escondiera el iPhone al que teóricamente permanece enganchada. La pre adolescente estaba tan ansiosa por recuperar el teléfono que urdió el plan de preparar un cóctel mortal para su madre. ¿Su único objetivo? Hacerse de nuevo con el iPhone de sus sueños, cual manzana prohibida en el paraíso. Y nunca mejor dicho.
La policía se puso a investigar los hechos y tras dos semanas de cábalas, dedujeron que la niña había intentado envenenar a su madre en dos ocasiones porque ésta le había escondido el iPhone. En un primer intento, la niña añadió lejía en un batido que la madre se iba a beber. Por suerte, la víctima notó el olor del producto, aunque al principio pensó que el vaso estaba mal aclarado. Fue en una segunda ocasión, en que la madre detectó de nuevo la presencia de lejía en una jarra de agua, cuando empezó a sospechar que su hija estaba intentando envenenarla. La mujer se empezó a sentir un poco mal porque había bebido un trago de ese batido, pero la cosa no fue a más. No obstante, tras preguntarle a su hija si estaba intentando envenenarla, ésta respondió que sí y que la verdadera razón por la que lo estaba intentando tenía que ver con el hecho de que el iPhone permaneciera escondido.
En la actualidad, niños y adolescentes acceden cada vez más rápido al mundo de las nuevas tecnologías y los smartphones, de eso no nos cabe la menor duda. El estudio Menores de Edad y Conectividad Móvil en España: Tablets y Smartphones, publicado en 2014 por el Centro de seguridad en Internet para los Menores en España revelaba que el 30% de los niños de 10 años de edad ya cuentan con un smartphone, mientras que el nivel de penetración a los 14 años es ya del 84%. A este importante dato hay que añadirle el hecho de que cada vez más, los niños de 2 a 3 años estén utilizando normalmente los dispositivos inteligentes de sus padres para jugar, ver vídeos y disfrutar de sus contenidos favoritos.
Según este mismo estudio, la mayoría de niños utilizan sus smartphones para acceder a programas de mensajería instantánea (tipo WhatsApp) y hacer fotos con la cámara. Un porcentaje superior al 80% accede a redes sociales como Facebook, Twitter o Tuenti para compartir estos contenidos con sus amigos. Pero, no solo la chiquilla que ha intentado envenenar a su madre estaba enganchada al iPhone. Aunque en ese caso, lógicamente, hablamos de una conducta un tanto enfermiza, hay que tener en cuenta que el 27% de los menores de 11 a 14 años no apaga nunca el teléfono. Suelen acudir al colegio con su smartphone (60%) y ni tan siquiera se olvidan del móvil cuando van a dormir. El 43% de los adolescentes apagan el equipo después de haberse acostado (ya en la cama) y el 27% lo mantiene encendido durante toda la noche.
