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Los coches eléctricos tienen un gran potencial pero es muy molesto tener que bajarse del coche cada vez que se quedan sin baterí­a. Sin embargo, en sólo tres años, los molestos cables de estos vehí­culos podrí­an desaparecer. Los coches eléctricos de carga inalámbrica ya están en marcha y funcionando en el nuevo campeonato de Fórmula E (la primera carrera de automóviles eléctricos del mundo).

Estos vehí­culos utilizan la tecnologí­a de carga Qualcomm Halo, en la que una serie de cargas inalámbricas se atornillan al suelo y a la base del coche. El conductor sólo tiene que aparcar sobre ella para iniciar la carga del mismo. Anthony Thompson, vicepresidente de Desarrollo y Marketing de Automóviles Eléctricos de Qualcomm, ha asegurado que esta sistema lo podremos ver en las calles a partir de 2017.

«No serán coches especialmente baratos», ha asegurado Thompson, quien ha señalado que este tipo de vehí­culos serán «premium». Sin embargo, a medida que avance la tecnologí­a, seguramente bajarán de precio. «Es probable que durante un tiempo ambas tecnologí­as, con cables e inalámbrica, se complementen en un mismo coche», ha añadido.

De esta forma, los primeros coches con carga inalámbrica incorporarán, además, un sistema con cable. En un principio será así­ por las limitaciones de instalación de este tipo de almohadillas de carga en el suelo de las carreteras de las ciudades.

Este directivo de Qualcomm asegura que uno de los fabricantes de coches con los que ha hablado, le ha dicho que este sistema de carga inalámbrica tardarán diez años en incorporarlo a sus vehí­culos.

Pero, ¿cómo funciona esta tecnologí­a? Esta almohadilla genera un campo electromagnético en el espacio que le rodea. Se ha logrado que la altura media a la que tenga que estar el automóvil para que lo detecte, pase de 150 a 250 milí­metros. Pero sin duda, la mayor complicación podrí­a ser instalar las almohadillas de carga inalámbrica en el suelo de las carreteras.

Otro de los grandes problemas de este tipo de carga ha surgido al comparar la eficiencia de esta tecnologí­a con la del cable. Sin embargo, Qualcomm Halo está muy cerca de conseguir que se carguen a la misma velocidad.

Otro de los inconvenientes es su seguridad. Obviamente, un campo electromagnético no es un lugar especialmente seguro, pero la plataforma ha desarrollado una serie de medidas con las que no tendremos ningún problema.

El sistema puede notificar a su smartphone cualquier incidencia que pueda ocurrir durante la carga. Por ejemplo, si se cuela algo debajo del coche, como una pelota de algún niño que esté alrededor, el automóvil lo detectarí­a y le enviarí­a una alerta.

Sin embargo, aunque estemos deseando ver esta tecnologí­a tan revolucionaria, tendremos que esperar tres años para poder verla. De momento, en Madrid tendremos que conformarnos con la Metrolinera, un curioso punto de carga de coches eléctricos.

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