Hay un pequeño momento de desolación después de enviar un correo electrónico. Y es que nos hemos acostumbrado a que no hay vuelta atrás, una vez apretamos el botón, la suerte está echada. Muchos de los correos que enviamos a diario no tienen mayor trascendencia, pero seguro que nos arrepentimos de no haber leído un par de veces más alguno.
Por eso Gmail cuenta con un mecanismo experimental para arrepentirse justo después del último momento, un botón de pánico para las dudas de última hora. Y es experimental porque aunque ahora existe, puede dejar de hacerlo en cualquier momento. Está englobado en la plataforma Google labs, una especie de banco de pruebas algo desconocido en la que los usuarios más intrépidos pueden probar funciones especiales.
Para activar este «botón rojo» tenemos que acceder a la plataforma desde nuestra bandeja de entrada de Gmail. Está algo escondido, pero no es en absoluto complicado. El primer paso es encontrar la tuerca que aparece en la parte superior derecha de la pantalla, pinchar en ella y seleccionar la opción «configuración» que aparece en el menú desplegable.
Una vez en el panel de configuración tenemos que buscar la opción «labs«. Está en la parte superior de la pantalla, en un tamaño bastante reducido, pero está. Como hemos podido comprobar, también se encuentra y funciona la opción si tenemos Gmail en español, un punto a favor de la plataforma americana.
Una vez aquí podemos trastear un rato con todas las opciones que ofrece este servicio. No sólo encontramos la posibilidad de cancelar el envío, sino también otras herramientas para marcar correos como leídos, poner el chat en la parte derecha y unas cuantas más.
Pero a lo que vamos, una de las opciones se llama «deshacer el envío», y para activarla sólo hay que hacer click en el botón «habilitar» que encontramos a la derecha. Es importante después de hacerlo no olvidarse de pulsar también en «guardar cambios» antes de cerrar el menú, ya que de lo contrario no activaremos el servicio.
A partir de aquí en funcionamiento es bastante sencillo. Cada vez que enviemos un correo electrónico nos aparecerá en la parte superior de la pantalla un mensaje en amarillo. Es algo que ya sucede sin habilitar esta opción, pero ahora aparece una opción más en el mensaje, la que dice «deshacer«. Si pulsamos en ella el correo no se enviará al destinatario.
Aunque quizás no queríamos eliminar para siempre ese mensaje, sino sólo retocarlo. Por eso, al pulsar en «deshacer» el correo no se borra, sino que pasa directamente a la carpeta de «borradores«, para que podamos hacer los cambios necesarios o eliminarlo definitivamente. Eso si, no hay que tardar mucho en tomar la decisión, y es que el botón desaparece aproximadamente cinco segundos después de enviar el correo.
Esta opción puede ser de gran ayuda para no enviar nada de lo que nos pudiéramos arrepentir. No obstante es una herramienta experimental, que puede desaparecer tan rápido como ha llegado. Es lo que sucedió con otra de los experimentos más divertidos de Gmail: Mail Goggles. Esta función obligaba al usuario a resolver una serie sencilla de operaciones matemáticas a determinadas horas para evitar mandar correos electrónicos bajo los efectos del alcohol. A pesar de lo popular que fue en su momento, ya no se encuentra entre las opciones de Google Labs.