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RapidShare acaba de cambiar de opinión. A finales del pasado mes de febrero, el cyberlocker poní­a en marcha una medida impopular; decidí­a reducir la velocidad de descarga para sus usuarios gratuitos. Al principio, este movimiento era interpretado como un modo de ganar clientes de pago. Sin embargo, la propia compañí­a desvelaba los verdaderos motivos: echar a los piratas y evitar el tráfico abusivo. Por eso, reducí­a drásticamente la velocidad de bajada hasta unos 30 kbps (kilobits por segundo) para aquellos que usaban el servicio sin pagar. Después del secuestro de Megaupload, el 18 de enero, ciertos servicios de almacenamiento personal en la nube se vieron beneficiados por el trasvase de usuarios que habí­an quedado huérfanos tras el cierre. RapidShare fue uno de ellos, porque, tras la desaparición de Megaupload/Megavideo, conseguí­a duplicar su cuota de mercado.

RapidShare, una compañí­a radicada en Suiza, querí­a, de este modo, congraciarse con las autoridades estadounidenses y la industria del entretenimiento, como adalid de la lucha contra la piraterí­a. Para ellos, el paralelismo entre usuarios gratuitos de cyberlockers e infracciones de derechos de propiedad intelectual es directo. Sin embargo, basta con convertirse en usuario premium para que las limitaciones desaparecieran. Ahora, ocho meses después, RapidShare ha eliminado esas restricciones de la velocidad de bajada que mantení­a frente a sus usuarios gratuitos. La Presidenta de la compañí­a, Alexandra Zwingli acaba de confirmarlo, pero además ha reconocido que forma parte de una “nueva estrategia”.

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En breve, el cyberlocker suizo va a poner en funcionamiento nuevas medidas antipiraterí­a “más eficientes” que la limitación de la velocidad de bajada. Los detalles se harán públicos a finales de este año. RapidShare destaca por sus esfuerzos para cooperar en la defensa de los derechos de propiedad intelectual. De hecho, en abril de este mismo año, publicaba un manifiesto que recoge un código de buenas prácticas para cyberlockers y servicios de almacenamiento en la nube. Allí­ figuran recomendaciones como convertir los ficheros subidos en privados por defecto, y desactivar cuentas de usuario sobre las que existan sospechas de infringir el copyright. Además, para registrarse debe ser obligatorio introducir una dirección de correo electrónico válida, que el cyberlocker podrá proporcionar a los titulares de derechos de propiedad intelectual que lo soliciten.

El manifiesto de RapidShare además aboga por el derecho a inspeccionar los ficheros compartidos por usuarios acusados repetidamente de infracciones de copyright o de incumplir las condiciones del servicio. Entre las recomendaciones asimismo figura la necesidad de que los cyberlockers estén domiciliados en paí­ses adheridos a la Convención de la Haya, en cualquier caso, que residan en lugares donde estén vigentes leyes respetuosas con los derechos de propiedad intelectual.

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