Desde que Internet existe, la industria del porno ha aprovechado este filón para llegar a sus acólitos. Desde los años 80, el arte ASCII (utilizado para imprimir imágenes cuando la computación no lo permitía) hasta los 90, justo cuando empezó la era de las tres uve dobles y la industria experimentó un crecimiento de órdago. Pasado el año 2.000 y ya a punto de entrar en la segunda década de este nuevo milenio, el porno pasa por plataformas parecidas a YouTube, cuya voluntad es la de llegar al máximo de personas de una forma gratuita. Lo que podríamos llamar, la popularización del porno.
La estadística lo confirma: el porno sigue siendo una máquina de hacer dinero y crear audiencia. De hecho, el 12% de sitios web son pornográficos o están relacionados con este asunto. En definitiva, estaríamos hablando de 24.644,172 páginas online y un desembolso económico de 3.075,64 dólares gastados en porno cada segundo, mientras 28.258 internautas están viendo pornografía al mismo tiempo. Las distinciones de sexos siguen siendo las tradicionales. El 70% de los varones de entre 18 y 24 años ve porno de forma habitual, mientras que sólo una de cada tres personas es una mujer.
Y no sólo de visitas vive el porno. Cada día se envían 2.500 millones de correos electrónicos calientes, lo que vendría a representar el 8% del tráfico diario. ¿Y qué dice Google al respecto? Pues bien, este certero indicador afirma que el 25% de búsquedas están relacionadas con el porno, lo que sería el equivalente de 68 millones de búsquedas diarias. La descargas son otro factor a tener en cuenta. Y es que el 35% del total de descargas que tienen lugar en Internet, son pornográficas. La ciudad americana de Elmhurst (Illinois) es la más avezada a buscar porno en Estados Unidos. Tendríamos que ver como va la estadística en nuestro país.
En cualquier caso, el 20% de los hombres admiten ver porno cuando están trabajando, mientras sólo llegan a reconocerlo el 13% de mujeres. Uno de los datos más graciosos de este informe tiene que ver con los días preferidos y menos populares para ver porno. Según el público estadounidense, el domingo siempre es un buen día para ver porno, mientras la jornada más impopular para hacer lo propio coincide con el Día de Acción de Gracias, en el que americanos y canadienses aprovechan para celebrarlo con una cena familiar que poco invita a asuntos fogosos. Las cosas como son.
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