Hoy en día, cuando uno se sube a un taxi, casi no puede evitar andar con la mosca detrás de la oreja. En especial si somos turistas. Y todo por culpa de una minoría de listillos, que con sus ardides no hacen más que ensuciar la reputación del sufrido y trabajador gremio de los taxistas.
En Nueva York, sin embargo, las autoridades han tomado una buena medida para evitar los rodeos innecesarios o el clásico «vamos a tomar un atajo que conozco, que por esta zona hoy el tráfico está muy mal». Un navegador GPS en la parte trasera del coche, para que el viajero compruebe que la ruta seguida no es sospechosa.
íngel Jiménez de Luis pudo probarlo en Septiembre, y hace poco Jesús Encinar contaba qué le pareció el sistema durante su última visita a la gran manzana. Media pantalla muestra un mapa que indica el punto de inicio de la carrera y todo su recorrido en tiempo real; en la otra mitad podemos mantenernos al tanto de la actualidad viendo un canal de televisión con noticias locales, en inglés, que siempre podemos silenciar.
Al llegar a nuestro destino, la misma pantalla indica la cuantía del recorrido, incluyendo los extras, y nos da la opción de pagar en efectivo o con tarjeta. Así da gusto. Solo falta que ofrezcan una copita, un purito o Internet a bordo, como hace (esto último) Rubén Petilo con su cibertaxi en Barcelona. Y todo gratis, por supuesto.
Vía: JesusEncinar