Cuando Bob Jones realizó uno de los primeros trasplantes de hígado en 1988, no podía imaginar que 29 años más tarde se hablaría de medicina, de inteligencia artificial y de webs de citas en la misma ponencia.
Jones es el director de la unidad de trasplantes de hígado en el hospital Austin Health en Melbourne, Australia, y junto con su compañero Lawrence Lau, ha ayudado a desarrollar un algoritmo que permite determinar la probabilidad de éxito de un trasplante de hígado antes de que se lleve a cabo la cirugía, lo que redundará en un menor número de fracasos a la hora realizar injertos y por lo tanto en menos muertes de pacientes.
Se trata de un algoritmo inspirado en el que utilizan los sitios web de citas para emparejar a dos personas, que se vale de los 25 principales factores conocidos en el momento del trasplante (el sexo, la edad, la enfermedad subyacente, el tipo de sangre”¦) para lograr vaticinar el éxito temprano de una donación de hígado.
Si tenemos en cuenta que a día de hoy el método se basa en la intuición del cirujano, sin duda este proceso resulta cuanto menos esperanzador pues se ha demostrado que es capaz de predecir con éxito el fracaso del injerto, transcurrido un mes después de la cirugía, en un 84% de las veces, en comparación con el 68% de los cirujanos.
El hallazgo de este nuevo algoritmo por tanto significaba que por primera vez que se podía evaluar la idoneidad de un órgano de una manera cuantitativa, en contraposición al método actual, basado en la experiencia y a la observación por parte del doctor de todos los datos a su alcance.
Sin duda lo que más nos ha llamado la atención ha sido el modelo utilizado para dar con el algoritmo más adecuado. Lawrence Lau, el desarrollador del programa, afirma haberse inspirado a la hora de desarrollar el programa de aprendizaje automático en un amigo que trabajaba para el popular sitio de citas eHarmony. El algoritmo utilizado pues, para unir pacientes con donantes, se parece en gran medida a las webs de citas que emparejan sentimentalmente a dos personas.
Lau espera que dicha técnica pueda ofrecer a miles de australianos que necesitan un trasplante, una segunda oportunidad de vida con menos riesgos.
Sin embargo son muchos los que hacen hincapié en la necesidad de seguir desarrollando este novedoso proceso que aún se encuentra en sus primeras etapas.
De cualquier manera, para Jones, el futuro de la cirugía será emocionante gracias a las nuevas tecnologías, especialmente si lo compara con sus primeros días en la cirugía.
Los investigadores más optimistas esperan que el algoritmo pueda en un futuro adaptarse a otro tipo de trasplantes. Lo que no nos cabe duda es que en un país donde un 10% de los enfermos que esperan un trasplante de hígado muere mientras lo hace, esta noticia es cuanto menos alentadora