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¡Menuda gesta! ¡Menudo viaje! Por fin, y digo bien, por fin me he pasado el Final Fantasy 7 Rebirth, el segundo tercio del ‘remake’ de Final Fantasy 7. No ha sido fácil y, sobre todo, no ha sido corto. Pero aquí te voy a desgranar mi análisis y experiencia tras medio año desde su lanzamiento. Y es que, o te lo tomas en serio y juegas todos los días, o superar sus aproximadamente más de 120 horas de juego se te puede alargar a unos cuantos meses de juego. Pero ¿merece la pena? ¿Deberías comprarte este FF7 Rebirth? Te lo aclaro a lo largo de esta reposada y tardía review.

La misma historia pero mejorada (ojo, ‘spoilers’)

Este Final Fantasy 7 Rebirth nos devuelve al final del primer FF7 Remake, recogiendo al grupo de personajes a la salida de la ciudad de Midgar y empezando una aventura que ni ellos se esperan. Por supuesto, recorreremos los mismos lugares icónicos del ‘Final Fantasy 7’ original de PlayStation 1, pero saltándonos algunas partes y algunas localizaciones como el poblado de Wutai. La idea es tratar de frenar a Sephirot y sus planes para el planeta, pero con los nuevos giros que ofrecen los ecos, las túnicas y una confusa narrativa que parece mezclar realidades alternativas. Y es que, desde el principio, veremos a Zack cuidando de Cloud y de Aeris sin saber muy bien por qué, mientras continuamos el juego con el grupo sano y salvo. Una intriga que se mantiene a lo largo de toda la historia y que, ‘spoiler’: no se resuelve al acabar el juego. Aunque todo apunta a que se están contando diferentes historias de un mismo multiverso.

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La historia nos llevará por diferentes territorios del planeta siguiendo la dirección de los encapuchados. Y, la verdad, el tono y la narrativa acompañan a lo largo de todo el juego. Siempre he querido saber qué más sucedía y cada vez que ha avanzado la historia me he quedado con la boca abierta a pesar de conocer la original. Y es que hay situaciones y un tratamiento muy avanzado. Más allá de lo ‘woke’. Desde la relación entre Aeris y Cloud, que rompe con muchos estereotipos clásicos heteros. Hasta la presentación de personajes como Don, donde la sexualización es tratada de hipérbole y humor hasta un punto que quizá te haga sentir incómodo. Algo que me ha fascinado a lo largo de la historia.

Ahora bien, creo que han sido poco valientes en la conclusión de este ‘Final Fantasy 7 Rebirth’. Por un lado está el tratamiento de la muerte o no muerte de Aeris con esta excusa del multiverso. Despídete de las escenas clásicas y da la bienvenida a la narrativa enrevesada más propia de ‘Kingdom hearts’. Pasa y no pasa. En ningún momento tienes claro lo que está ocurriendo. Pero te dejas llevar ensimismado por cómo lo cuentan. Y por otro lado está el toque tenebroso que le dan a Cloud. Esto es lo que más de sorpresa me ha pillado. Y la verdad: me ha parecido de lo más interesante. Sin embargo, no dejan de ser matices para liar una historia que ya conocíamos y que ahora nos hace pensar que la tercera entrega se alejará aún más de la narrativa clásica. Vaya, que me han dejado con ganas de más.

Un juego demasiado largo y repetitivo

Una de las grandes críticas de este ‘Final Fantasy 7 Rebirth’ es su planteamiento. Y es que se desarrolla como una sucesión de minijuegos. Algunos obligatorios y otros opcionales. Sin embargo, me ha resultado repetitivo y demasiado largo, estirando esta fórmula a lo largo de demasiadas etapas o zonas del mapeado a lo largo de la historia, Hasta el punto de quedarme con la sensación y el pensamiento de: ¡no puedo con otra zona más en la que atrapar Moguris, escalar torres y escanear fuentes de vida! ¡Quiero acabar el juego ya! La sensación de que ha sido un trabajo y no tanto placer ha acabado apoderándose de mí en los últimos compases del juego. Algo que sólo reafirma lo que ya pensaba: se han pasado de horas de juego y de repetición de mecánicas. Y ojo, que hasta la etapa final del último episodio se estira…

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Para todo hay minijuegos: capturar chocobos, correr con chocobos, escanear rastros de invocaciones, conseguir protomaterias. Y, si no estás harto de minijuegos, tienes una zona dedicada a disfrutar de aún más minijuegos: The Golden Sauce. Se han pasado. Aunque algunos son divertidos, repetirlos con diferentes niveles de dificultad sólo te lleva a esa sensación que comentaba antes: ¿por qué tengo que repetir esto otra vez? ¿Qué sentido tiene estar en una nueva zona del mapa si tengo que hacer lo mismo que en la anterior? ¿Debería dejarlo e ir hacia el final del juego directamente? Yo he sido fuerte y prácticamente me han quedado un par de cosas por hacer. Pero subir el grado de dificultad y repetir, repetir y repetir no ayuda a que un juego sea mejor. Da confort y sabes que estarás cómodo aunque cambies de zona porque sabrás manejarte. Sin embargo, alargar las horas de juego repitiendo mecánicas es un golpe bajo a este título y le pasa factura.

Evolución, técnica exigente y un arco de dificultad constante muy bien construido

Una de las cosas que más he disfrutado en este ‘Final Fantasy 7 Rebirth’ es su combate. Si en el anterior episodio había mezclado muy bien la agilidad, la técnica y los tiempos, en este la cosa da un salto cualitativo hacia adelante. Repiten las mecánicas de necesitar cargar la barra de acción para escoger qué queremos hacer durante el combate. Pero añaden las acciones conjuntas que me han salvado de más de un apuro al lanzar un ataque entre dos jugadores, y también hay muchas más habilidades que se van desbloqueando al cambiar de arma. Con ello, y aunque he repetido mucho fórmulas que me han funcionado desde el principio del juego, también he podido ir adecuando el combate según el enemigo.

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Todo ello contando con personajes muy diferenciables con sus distintas habilidades, ataques y armas, que además tienen sus momentos protagonistas a lo largo de la historia. Un sinfín de posibilidades que hace que la profundidad del combate gane puntos y que tengamos que aprender a escoger la mejor estrategia con cada enemigo, pero sin que haya una concreta y exclusiva. De hecho, preguntando a más jugadores, cada uno ha creado su propio equipo y ha usado sus técnicas preferidas para abrirse camino. Eso sí, siempre con una sensación de cierta dificultad, y obligando a repetir un par de veces algún combate algo complejo hasta que se da con la táctica concreta. Algo que me deja un buen sabor de boca y una sensación de satisfacción tras enfrentarme a retos a lo largo de todo el juego.

Notable en gráficos y sobresaliente en sonido

Sigue siendo peculiar encontrarte con un juego en el que el modelado de los personajes es exquisito; donde puedes ver los detalles de los pelos sueltos en la trenza de Aeris; las texturas de las ropas de Barret. Sin embargo, miras en el entorno y siempre encuentras algún modelado pobre o alguna textura de baja resolución. La sensación es muy agridulce cuando todo corre fluido, las magias tienen chispas y efectos sorprendentes y puedes disfrutar de todos los detalles. Sin embargo, esa textura en una roca, en un objeto o en alguna superficie arruina la sensación global. Una pena, aunque el salto desde el anterior episodio es notable. Y más de una y dos veces me he quedado mirando la luz y los escenarios de ciertas zonas del mapa. Pero ahí está acechando siempre alguna textura de poca calidad.

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En cuanto al sonido no hay ninguna crítica. La banda sonora es de matrícula de honor. Los efectos de sonido y la construcción del mundo a través del sentido del oído está realmente bien trabajado. Y consiguen que los momentos épicos, que ya son visualmente espectaculares, se sientan aún más intensos. Por no hablar de los vídeos CGI, que vuelven a este ‘Final Fantasy 7 Rebirth’. Aquí el punto discordante viene de mano del doblaje. Solo está en inglés y en japonés, pudiendo seguirlo todo con los subtítulos en español. Sin embargo, si sabes algo de inglés, la falta de concordancia directa entre las voces inglesas y los subtítulos españoles te va a dejar picueto más de una vez, como me ha pasado a mí. Parece que la traducción del doblaje y de los subtítulos vienen ambos del japonés, pero con notables diferencias. Un detalle sólo para los más políglotas, pero que sin duda llama la atención.

Conclusiones tras pasarme este ‘Final Fantasy 7 Rebirth’ tras más de 120 horas de juego

Square Enix ha querido darnos más y mejor con este ‘Final Fantasy 7 Rebirth’. Y, particularmente, he llegado a estomagarme. Sin embargo, no puedo perder de vista el nivel técnico de esta producción y lo cómodo y en casa que te hace sentir a pesar o gracias a lo repetitivas de sus mecánicas y minijuegos. Y es que, cuando lo he jugado, he estado completamente obsesionado con sus combates, con descubrir divertidas anécdotas en misiones secundarias y, sobre todo, saber qué iba a suceder con Aeris. Y, a ese nivel, este título es de lo más satisfactorio. Largo hasta la decadencia, sí, pero satisfactorio. Una gran historia con un misterio por resolver. Personajes más profundos y que ahora se relacionan más entre ellos. Gráficos que te dejan con la boca abierta (a pesar de los pesares) y una epicidad que hace que este ‘Final Fantasy 7 Rebirth’ sea la gesta que todos esperábamos, y con giros que no esperábamos. Definitivamente vale la pena y es muy disfrutable, aunque haya veces que pienses en que sólo quieres acabarlo y continuar con tu vida.

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Lo bueno es que ya hay ofertas en tiendas como Miravia donde, gracias a los descuentos iniciales y ofertas ‘flash’, puedes hacerte con este título aún más barato.

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