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Usar BiciMad en las últimas tres semanas es una misión imposible. El servicio público de bicicletas eléctricas de Madrid es prácticamente inservible a pesar de haber aumentado la flota y las estaciones en los últimos días. Y es que el sistema se ha encontrado con un cúmulo de malas decisiones que ha llevado, en poco más de 15 días, a la práctica destrucción de este servicio: nuevos anclajes, nueva app, la gratuidad y ningún apoyo para el equipo de trabajadores que se encuentra abrumado por la situación. ¿Es el final de BiciMad?

El alcalde de Madrid, José Luis Almeida, ya tuvo problemas en la foto de estreno del servicio el pasado 7 de marzo para usar una de las nuevas bicicletas. Y lo mismo ha ido ocurriendo al resto de abonados al servicio cada uno de estos días desde que se ha abierto al resto de usuarios. Las bicicletas nuevas no se desanclan o sacan de las estaciones. Mientras las viejas no se pueden anclar en las nuevas estaciones. Todo ello acompañado de fallos informáticos de la aplicación. Tras varias semanas así, resulta casi imposible encontrar una bici para usar en todo Madrid. Pero ¿por qué?

Convivencia y apertura antes de tiempo

Hace un año, la Empresa Municipal de Transportes (EMT), anunció que BiciMad recibiría un nuevo empujón y mejora del servicio. Para ello ampliarían la red de estaciones para llegar a todos los distritos de la capital. Con ello se alcanzarían las 611 estaciones y las 7.500 bicis eléctricas de forma progresiva a lo largo de este año. El problema es que este nuevo sistema no es compatible con el antiguo de BiciMad. Las estaciones y las bicis cambian. Pero desde el Ayuntamiento, según el pliego al que han tenido acceso en El Periódico de España, se solicitó que hubiera convivencia de ambos sistemas durante su puesta en marcha. Es decir, que se pudieran usar las bicis antiguas y las nuevas indistintamente, llevando unas y otras a cualquier estación, sin importar que fueran de las nuevas o las viejas.

Esto diferencia las bicicletas de Madrid de las vistas en otras ciudades de España como Valladolid, San Sebastián, A Coruña o Barcelona. Todas pertenecen a la empresa Canadiense PBSC, que se han implantado sin los problemas de la capital española en aquellos otros lugares. Pero las de Madrid cuentan con un segundo cierre de seguridad, GPS y su propio software adaptado para que pudieran convivir con el sistema antiguo y poder dejarlas cerca de las estaciones aunque no estén ancladas. Es por ello que cada una de las bicicletas eléctricas nuevas de BiciMad tiene un coste de 2.410 euros. Aunque lo peor es que esta convivencia no se ha podido llevar a cabo correctamente.

Si se usa una bici antigua no es posible anclarla en una estación nueva. Así que hay que dejarla medio subida al parking, sujeta con la pata de cabra, y anclando el candado trasero. Algo similar hay que hacer con las bicicletas nuevas, que tampoco encajan en las estaciones viejas. Pues bien, este sistema apenas se ha explicado a través de la aplicación y las redes sociales de BiciMad, aunque el candado trasero es una protección conocida por los abonados habituales. Sin embargo, los nuevos abonados que han llegado con la gratuidad del servicio no están formados al respecto. Esto, junto a los fallos electrónicos y problemas mecánicos ha llevado al sistema a una situación insostenible donde las bicis no quedaban correctamente ancladas y, por tanto, libres para que otros usuarios o incluso ciudadanos poco cívicos se hagan con las bicicletas libremente. Sin pagar y sin respetarlas.

Eso sí, en medios como El Diario.es también se señala otra decisión que ha ayudado a que se forme la tormenta perfecta dentro de BiciMad: la prematura apertura del sistema nuevo debido a la fecha de las elecciones del próximo mes de mayo. Así, aunque todo estaba en marcha con retraso desde que el nuevo contrato se licitó el pasado mes de marzo de 2022 y se formalizó en diciembre de 2022 (se necesitaban al menos 6 meses para dejar todo el sistema listo según el pliego), parece que las prisas han podido más. De cara a las próximas elecciones, y con la excusa de que la convivencia sería complicada para los abonados, se anunció que BiciMad sería gratuito durante los próximos 5 meses. Siempre y cuando se hicieran trayectos de menos de 30 minutos. Una piedra más en este camino para bicis.

Esto ha llevado a que más gente se anime a usar el servicio. Más problemas técnicos y de saturación. Y más vandalismo para las bicicletas que, según el resto de lugares donde se han implantado, son más seguras y robustas. La diferencia en Madrid es ese uso sin anclaje. Lo que ha llevado a situaciones como que cualquier persona se haga con bicis sin ningún tipo de responsabilidad. Las cuales acaban abandonadas en cualquier parte en cuanto se acaba la batería. Lo peor de todo es que, sin energía, el GPS se desconecta y solo pueden ser encontradas si otros ciudadanos avisan al servicio de dónde se encuentran (por suerte hay ciudadanos cívicos que informan por Twitter a la cuenta de BiciMad). Lo cual carga de trabajo extra a quienes se encargan de repararlas, redistribuirlas y recargarlas. Por eso los trabajadores de BiciMad solicitan más medios humanos durante estos días.

https://twitter.com/BicimadL/status/1639495265622130689

El resultado de todo este cúmulo de problemas es que, en tres semanas de vida del nuevo servicio, ya han desaparecido más de 3.500 bicicletas. Lo cual ha dejado sin unidades útiles al servicio, impidiendo que los usuarios puedan desplazarse por esta vía. Todo ello acompañado de los ya mencionados problemas técnicos de la aplicación y la convivencia de ambas flotas y estaciones. Aunque lo realmente grave es que el consistorio de la ciudad de Madrid no haya tomado cartas en el asunto ante esta situación en 20 días. Ahora, Almeida, ya ha confirmado a medios que saben de los problemas que hay en BiciMad, y se van a tomar medidas contra los usuarios, a quienes culpa de este problema. Así, han propuesto avisar a los usuarios que no cierren el candado correctamente en primera instancia. Multarlos con un pago extra de 5,30 euros si no vuelven a cerrar un viaje correctamente. O incluso cerrarles la cuenta si continúan con estas prácticas. También se ha pronunciado el delegado de movilidad y máximo responsable de EMT, Borja Carabante, que, tras dos semanas conociéndose todos estos problemas solo afirmó que “por supuesto que hay incidencias, somos conscientes y tenemos que resolverlas cuanto antes”. Sin que se hayan concretado medidas. Y así es como una mejora de 48,8 millones de euros, de los cuales 30 proceden de los fondos europeos Next Generation, han supuesto más un problema que una solución de movilidad para Madrid.

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