Mi experiencia con el Samsung Galaxy S23 Ultra tras un mes de uso

Samsung ha creado su mejor móvil hasta la fecha. Ahí llevas el spoiler más grande de este análisis. Y lo es porque ha mejorado ligeramente en todos y cada uno de sus aspectos. Eso sí, ahora podemos entrar a debatir si el salto entre el Samsung Galaxy S22 Ultra y el Samsung Galaxy 23 Ultra es lo esperado, deseado y lo suficientemente válido como para cambiar de móvil. Eso es otro asunto que comento en el apartado de conclusiones. Pero hasta llegar allí voy a repasar los diferentes puntos de este terminal estrella que llega con un precio estratosférico y también con la tecnología más avanzada del mercado este 2023.

He usado este Samsung Galaxy S23 Ultra como móvil de cabecera. Lo que se traduce en un constante ir y venir de WhatsApp, muchas fotografías y stories de Instagram, algún juego relativamente casual como el Tomb Raider Reloaded, apps que usan GPS como BiciMad o incluso Tinder, etc. Todo ello para poder hablarte ahora del uso que haría un consumidor medio. Con la diferencia de que yo lo he hecho todo a la vez. Y, como te adelantaba antes, este Samsung Galaxy S23 Ultra cumple con creces. También es cierto que he probado el modelo con 1TB de capacidad de almacenamiento, que tiene un precio de 1.800 euros. Así que como para no cumplir…

Diseño poco innovador pero responsable

Samsung sigue poniendo en práctica sus políticas ecoresponsables. Empezó con aquello de reducir el número de adaptadores de corriente al no incluirlos en sus nuevos móviles, pasó por las cajas o packaging reciclado y de cartón, y ha continuado usando materiales reciclados tanto por dentro como, ahora también, por fuera. Así, me he encontrado con este Samsung Galaxy S23 Ultra con aluminio reciclado en su estructura. Pero también con plásticos procedentes de problemáticas del medio ambiente como los restos de redes de pesca que quedan en el océano, que se han reciclado para crear el espacio del S Pen dentro del terminal. Así con diferentes elementos dentro y fuera del móvil.

¿He notado algo de esto en mi día a día? Pues no, la verdad. La construcción del Samsung Galaxy S23 Ultra sigue siendo de primerísima calidad, como nos tiene acostumbrados la compañía. Ya son muchos años uniendo piezas con maestría, y no decepciona. Las sensaciones en la mano siguen siendo premium. Y sin que queden aristas de mal montaje o materiales que no casen con el conjunto. Así que solo queda dar la enhorabuena a Samsung por este aspecto. Habrá que ver si para 2030 consiguen su objetivo de emisión cero de carbono.

Por lo demás, el Samsung Galaxy S23 Ultra cuenta con un aspecto muy minimalista. Samsung ha eliminado todo elemento superfluo e incluso decorativo. No hay, si quiera, un módulo de cámaras como tal. Las cámaras sobresalen del resto del cuerpo bordeadas con una pieza plateada simplemente. Lo cual le da cierta identidad en un mercado donde cada fabricante le da un tamaño y forma diferente a este módulo. Lo que sí me ha gustado más es el agarre del cuerpo. Aunque los laterales superior e inferior son completamente planos, los de los lados son curvos. Pero no para presumir de delgadez, sino para dar estilo y ergonomía al aparato. Esto hace que el cristal de la pantalla también tenga una ligerísima curvatura. Lo suficiente para darle el toque Premium y de estilo evitando pulsaciones involuntarias.

Además, el modelo en verde que he usado ha resistido bastante bien las huellas de mis dedos, que tienden a ser algo grasientos. No ha aguantado tanto la pantalla de este Samsung Galaxy S23 Ultra. A pesar de contar con el cristal Gorilla Glass Victus 2, la superficie se ha rayado en un par de zonas. Se me ha caído un par de veces de poca altura como la mesita o el sofá. Sin embargo, ha sido por llevarlo en el bolsillo sin funda cuando he descubierto esos rayones. Algo que deja claro que Corning Gorilla Glass Victus 2 puede ser todo lo resistente que quiera a roturas, pero mucho cuidado con rayarlo. Usa una funda siempre que puedas si te haces con este móvil, e incluye en el pack al menos un plástico de protección para la pantalla. Con lo que cuesta este móvil es lo menos que puedes hacer.

El móvil más rápido del oeste

En serio, lo del Samsung Galaxy S23 Ultra con el Snapdragon 8 Gen 2 es una combinación ganadora. Es asombrosamente rápido, fiable y ágil en todos los aspectos. Y se nota desde el segundo uno en que encendí el móvil. La pantalla, que vuelve a repetir la tecnología que ya conocemos de Samsung, Dynamic AMOLED 2X, vuela. Y ya sabemos que no es una cosa solo del panel, sino de lo bien que funciona el procesador de Qualcomm. Ya hemos probado otros terminales con 12GB de RAM, por lo que los vítores en esta ocasión van dirigidos al chip. Unívocamente.

Esto significa que One UI se ve fluida y funcional. Esta capa de personalización no atasca el desarrollo del móvil. Se hace cómoda, sencilla, sin añadir elementos no necesarios, e incluso se convierte en disfrutable. Las aplicaciones, la multitarea (más de una vez me he sorprendido con apps que estaban en funcionamiento desde hace horas y que hasta me había olvidado que estaba usando), los videojuegos o el uso de la pantalla beben de esta potencia. Y es una auténtica maravilla. Algo que una vez que pruebas es difícil dejar atrás.

Así, he tenido solvencia de sobra para cualquier aplicación y cualquier juego. Sí, he tenido fallos puntuales al abrir la aplicación de Caixabank, por ejemplo. Pero dada la experiencia general lo achaco más a la app que al móvil. Todo vuela. Todo reacciona al instante. Y además se representa de forma fluida. Es como si todas esas animaciones y detalles que introducen los desarrolladores por fin tuvieran razón de ser. Sin duda, Samsung ha creado su móvil más potente y fluido.

Otra vez: más pegapíxeles no significa mejores fotos

Que no se me entienda mal: este Samsung Galaxy S23 Ultra cumple de lejos en el apartado fotográfico. Y lo hace con nota casi de sobresaliente por su versatilidad y la mayoría de resultados. Pero vuelve a no ser el mejor alumno de la clase. Y vuelve a haber el mismo problema: el procesamiento de las imágenes. Algo que lleva a cabo en diferentes aspectos como la definición y detalle de las imágenes, como ese ímpetu por conseguir el efecto wow en todas las fotos disparando la saturación. Samsung vuelve a inventarse los colores. Pero esta vez sacando pecho con una cámara de 200 megapíxeles. Aunque lo peor que he llevado ha sido descubrir una nueva pasión de Samsung por forzar el efecto HDR del que abusábamos todos hace 10 años en Instagram. ¿Por qué, Samsung? No era necesario.

Como decía, la cámara principal de Samsung cumple sobradamente. Y si la escena tiene luz, la cantidad de detalles es genial. Hasta que amplías mucho la imagen. El gran angular también captura de forma más que correcta las escenas, coincidiendo en colores y luminosidad casi con el principal. Pero aquí lo sorprendente viene de mano de sus teleobjetivos. Los dos. Consiguen un aumento óptico realmente válido que permite meter zoom a las fotos y conseguir buenos resultados. Además de un modo apertura o retrato más realista. Así que sí, Samsung cuenta con mejores cámaras y mejores fotos. Pero, aun teniendo sobre el papel todos los elementos, sigue sin ser el número uno. Y lo peor es que hay móviles más baratos que empiezan a acercarse poco a poco por debajo en el ámbito de la fotografía. Necesitan un golpe sobre la mesa y los 200 megapíxeles parecen que no han servido a esta causa.

El vídeo también es más que correcto. Pero, de nuevo, ese ímpetu por querer que todo luzca más sorprendente, vívido y bonito acaba incluyendo colores que no son los reales. Más saturados y brillantes que la realidad. Algo que a las personas que somos capaces de ver estos detalles nos dispara nuestro “TOC”.

A favor de este apartado está el modo Expert RAW, con unas fotografías pesadísimas en tamaño pero con una cantidad de datos tal que cualquier experto en retoque puede aprovechar. El modo retrato también funciona bastante bien. Lo he aprovechado para hacer fotos de producto durante este mes, y ha servido. Eso sí, la parte del software hace de las suyas emborronando partes que no deberían estarlo. Pero por suerte, cuando se hace con personas, acierta mucho más.

La cámara para selfies también consigue un gran nivel de detalle. Pero no pasa de lo correcto o lo notable. De nuevo el procesado hace que toda esta potencia y capacidad quede algo emborronada. No es un mal resultado, pero sí le exijo lo mejor al móvil con el precio más alto. No decepciona pero no cumple.

Lo que más he disfrutado durante estos días en el aspecto fotográfico es poder aprovechar esta mejor calidad en aplicaciones como Instagram. El salto cualitativo es más que agradable para poder compartir contenido de calidad desde un teléfono Android. Desde luego Samsung ha sabido apuntar al target adecuado. Y es que, ¿dónde van a acabar todas esas fotos llamativas que hacemos con sus cámaras? Pues eso, a las redes sociales.

La batería: ¡Por fin has dado con la solución, Samsung!

Qué ganas tenía de encontrarme con un móvil Samsung que no me deje tirado. Y ha llegado el día (bueno, el mes entero que he usado este Samsung Galaxy S23 Ultra). Es una auténtica maravilla. ¿El móvil Android con mejor gestión y autonomía? Pues sí. Sin dudas al respecto. No sé cómo lo han hecho viniendo de las experiencias algo pobres de ediciones anteriores. Pero el caso es que lo han conseguido.

La batería de 5.000 mAh del Samsung Galaxy S23 Ultra no solo es suficiente. Es más que eso. De alguna manera, One UI y el Snapdragon 8 Gen 2 logran ese manido eslogan de dos días de batería. Esta vez sí es real. O casi. En mi caso, siendo un usuario intensivo, que usa el móvil absolutamente para todo y a lo largo del día, no he visto la necesidad de cargarlo durante la jornada en ningún momento. Es más, raro ha sido el día que no he llegado a la noche con al menos un 30% de batería. Tan solo los días en los que he salido más de casa o he usado su cámara, conexión a Internet y GPS durante varias horas. Aun así, he acabado la jornada sin problema. Y todo ello sin que se note o repercuta en el fluido funcionamiento de este dispositivo, con un montón de apps disponibles para continuar su uso allí donde lo dejé. Tan solo hubo un día en el que WhatsApp no hizo su copia de seguridad por estar bloqueada en segundo plano. Pero esto cambió y no he vuelto a tener ningún problema. Es sorprendente. Es agradable. Es lo que esperaba de Samsung desde hace años.

Sobre todo teniendo en cuenta que la tecnología de carga rápida de los surcoreanos va mucho por detrás de sus competidores. Servidor esperaba que esto cambiase para, dada la autonomía justa de sus terminales, al menos tener la solución de la carga rápida. Pero no ha sucedido así. Samsung cuenta con unos discretos 45W de carga rápida en este Samsung Galaxy S23 Ultra. Siempre y cuando tengamos un adaptador compatible, claro. Pero gracias a la más que generosa autonomía conseguida, lo de la carga rápida se ha convertido en un problema menor. Al césar lo que es del césar. Samsung ha solventado el problema con nota. Y si lo mantiene podrá prescindir de la carga ultra rápida algún tiempo más. Aunque no apuraría en este aspecto ya que cargar 5.000 mAh de batería a 45 watios supone tener más de 2 horas el cacharro conectado a la corriente.

Conclusiones tras un mes de uso

Repito con lo que empecé este análisis: Samsung ha fabricado su mejor móvil hasta la fecha en todos los aspectos. También en el del precio, ojo. Con un coste prohibitivo (a partir de los 1.400 euros) que lo enfoca solo a quienes necesitan y pueden comprarse la joya de la corona de la familia Galaxy de Samsung. Este Samsung Galaxy S23 Ultra mejora en cámaras, aunque sea poco. Innova en diseño aunque no sea muy visible (me refiero a los materiales reciclados). Se hace más potente, fiable y fluido tanto para usar, como para jugar o incluso trabajar. Y cierra con una autonomía que quita el hipo pudiendo prescindir de una carga súper rápida (pero olvídate de pensar que cargándolo durante 10 minutos te va a salvar la jornada). Más y mejor. Un gran trabajo en todos los aspectos.

Ahora bien, como he descrito a lo largo de este análisis de uso, más no significa el mejor. Está en el top 3 de este 2023 por méritos propios. Pero hay poca evolución respecto al modelo del año pasado. Y sí unos precios algo prohibitivos para el usuario de a pie. ¿Merece la pena pasar del modelo S22 Ultra al S23 Ultra? Pues solo si tienes una holgada solvencia económica. Si no, las novedades del modelo S24 pueden ser verdaderamente prometedoras. Ahora bien, si necesitas un móvil Premium, con notable alto en todos sus aspectos y una batería que aguante un día y un poco más, este es tu terminal.