Así es como ahorran energía y dinero los electrodomésticos de Samsung

Cada paso que se da en mejorar los electrodomésticos es un paso en pos del medio ambiente. Eso lo saben bien en Samsung, que está mejorando la eficiencia energética de sus equipos año a año para reducir el gasto energético. Y claro, no solo es cuestión de preservar el planeta: con la electricidad por las nubes, cada vez cobra más importancia tener equipos en casa que consuman menos. Para enseñarnos su propuesta de electrodomésticos eficientes, la compañía coreana nos citó en un entorno singular. El hogar de Laura Madrueño, una comunicadora de Mediaset que ha diseñado junto a su marido (el arquitecto Álvaro Puerto) una casa sostenible.

Canalones que recogen el agua de lluvia, sistemas para obtener calor de la propia energía del horno o la chimenea y una apuesta decidida por el compostaje en un entorno privilegiado. No podían faltar aquí los electrodomésticos de la compañía coreana, que nos van a permitir ahorrar un buen pico a lo largo de su vida útil. Por ejemplo, con una de las nuevas secadoras de la marca se podría llegar a ahorrar 4.000 euros a lo largo de su vida útil. En el caso del frigorífico, el ahorro también subiría a los 2.300 euros. En el caso de las lavadoras, el ahorro no es tan espectacular pero sigue siendo importante: 430 euros a lo largo de su vida útil. Es algo muy a tener en cuenta a la hora de decidirse por un electrodoméstico u otro, ya que el dinero que te puedas ahorrar comprando un electrodoméstico barato lo irás perdiendo después año a año. Por cierto, estos números se calculan en base a los nuevos electrodomésticos de Samsung comparados con modelos más antiguos que tengan una baja eficiencia energética.

¿Cómo consigue Samsung este ahorro energético?

La compañía está desplegando una serie de tecnologías para conseguir estos objetivos de ahorrar consumo energético. Por ejemplo, desde hace años sus lavadoras usan la tecnología EcoBubble, que ha avanzado en este tiempo. El uso de burbujas que ayudan a lavar la ropa sin necesidad de calentar el agua. Y ojo, porque el 75% del gasto energético en la lavadora se dirige a este calentamiento. Esta tecnología también ayuda a proteger mejor la ropa ya que se evita la fricción que sucede al introducir detergente en el tambor. La tecnología QuickDrive ayuda a reducir a la mitad el tiempo de lavado manteniendo la misma calidad y reduciendo un 20% el consumo.

Por otra parte, Auto Dosificador+ es una tecnología que se vale de una serie de sensores para medir la cantidad de ropa que estamos usando y el tipo de forma que se pueda dosificar el uso del agua, del detergente y suavizante. En cuanto al secado, es capaz de aplicar el ciclo que mejor combina con el lavado que hayamos realizado.

En el campo de los frigoríficos, también contamos con varias tecnologías que ayudan a ahorrar hasta un 67% del consumo de energía. El ahorro empieza por el propio diseño del equipo, con un espacio mucho mejor aprovechado que la compañía llama SpaceMax. En clave tecnológica, destaca el uso de TwinCooling, que es un sistema que utiliza dos sistemas de ventilación separados entre los dos compartimentos del frigo y que permite ahorrar energía y también evitar que se mezclen olores. En los modelos de última generación de la marca también es posible apagar el compartimento del congelador o el del frigorífico por separado, de forma que no tengamos que gastar de más si nos vamos de vacaciones. Por último, la tecnología MetalCooling se basa en el uso de una placa metálica al fondo del frigorífico (en lugar de la típica de plástico) para retener mejor el frío y reducir consumo.

Cómo funcionan las nuevas etiquetas energéticas

Aunque ya lleva un tiempo funcionando, es posible que la nueva denominación energética te haya pillado por el pie cambiado y resulte confusa. Si antes una etiqueta C o D de energía suponía que no ibas a tener una buena eficiencia, ahora puede estar entre lo mejor del mercado según el tipo de electrodoméstico. Para entenderlo, con la nueva clasificación desaparecen las etiquetas A+, A++ y A+++. Ahora solo hay una etiqueta A, que en este momento es lo mejor del mercado. Y baja hasta la G. De hecho, en esta clasificación una etiqueta D puede ser comparable a la antigua A+. Aquí te dejamos la nueva clasificación:

Comparativa de eficiencia energética: