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No, de momento los robot aspiradores no van a levantar las sillas del comedor, recoger tus calcetines u ordenar los juguetes de tu perro. Pero poco a poco se van haciendo más inteligentes y autónomos. He podido probar la propuesta más avanzada en este aspecto de iRobot, el Roomba j7+, durante un mes de uso. Bueno, hasta que me ha tocado cambiar la bolsa de la base, donde el robot descarga la suciedad sin que yo tenga que hacer absolutamente nada. Y aquí te cuento cómo ha sido mi experiencia, qué funciones extra he disfrutado gracias a la aplicación móvil y cuáles son los fallos que me he encontrado en su uso.

Pero primero un poco de contexto. Se trata de un robot aspirador y una base que, a diferencia de otros, cuenta con un depósito para almacenar la porquería que recoge el robot en unas bolsas desechables. Tiene un precio de 1.000 euros. Pero, además de la base de autolimpieza, también destaca por el software de detección de objetos que ayuda a evitar, por ejemplo, que robot acabe atropellando y arrastrando una caca del perro por todo el suelo. O que acabe liado con los cables de tu despacho mientras tú no estás vigilando. ¿Puede hacer realmente todo esto? Te lo cuento a lo largo de este análisis pormenorizado y lleno de pelos y pelusas (lo digo por si ves alguno en las fotos, mi perro es insufrible).

Un robot inteligente… pero con ayuda

Como te contaba, una de las máximas de este Roomba j7+ de iRobot es su inteligencia. Es el robot más autónomo y más inteligente de la marca, y esto se debe a la tecnología PrecisionVision y todo lo que hay tras ella. Si te fijas en las fotos verás que el robot cuenta con una cámara en la parte frontal de su cuerpo, desde donde “ve el entorno” y con qué se va encontrando. Gracias a ello y a toda la Inteligencia Artificial que reconoce esos objetos, es capaz de saber si es un obstáculo que debe evitar, una pared o cualquier otra cosa. Y, además, es parte del sistema que mapea o crea un mapa virtual de tu casa. O en este caso la mía.

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Pues bien, esta es la base de su inteligencia. Y, de hecho, me ha sorprendido que tal dar los permisos pertinentes en la aplicación y solicitar el mapeado de mi casa, la Inteligencia Artificial prácticamente ha averiguado qué es cada espacio o habitación. Y lo ha hecho de forma bastante fidedigna, salvando los espacios a los que no podía acceder como el sofá, el rincón con la cama de Curro (mi perro) y otros detalles como la silla del ordenador en la oficina. Hasta aquí nada mal, aunque he tenido que repasar sus pasos en la aplicación del móvil para confirmar detalles: dónde están las puertas o dónde acaban los espacios de cada habitación, darles nombre y algún detalle más.

Lo curioso es que esta cámara y el sistema PrecisionVision sí funcionan para evitar objetos. Especialmente los cables, que los reconoce con pasmosa facilidad. Si en su camino hay un cable retorcido en el suelo el robot decelera, lo escanea (lo fotografía) y lo bordea. Y así con otros objetos como los calcetines que he dejado hechos un vurullo en la habitación, el comedero de Curro o alguno de sus juguetes. El robot se topa con ello y, antes de arrollarlo y quedarse atascado suele bordearlo y evitarlo. En mi experiencia no ha sido 100% eficaz, pero sí al 90%, y ya es más de lo que podría decir de otros robots que siempre acaban atascados con telas o cables que no he recogido perfectamente. Hay que tener en cuenta que esto hará que el Roomba j7+ no apure el aspirado en ciertas zonas, pero al menos no te llevarás la sorpresa de que no ha hecho el resto del trabajo porque se ha quedado atascado.

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Sin embargo, a pesar de este grado de inteligencia necesita algo de ayuda. Y ahí está la app de iRobot para completar la inteligencia del Roomba j7+. Una vez que has activado desde los ajustes que el robot pueda tomar fotos de su entorno (llega desactivado por defecto por cuestiones de privacidad en la app), tras cada limpieza se te presenta un informe. En mi caso siempre se repetían las mismas fotos: cables que salen del ordenador, juguetes de Curro que se me ha olvidado recoger o incluso mis pies cuando la limpieza me ha pillado en casa haciendo algo. Este informe con fotografías me permite escoger si el objeto es un obstáculo a evitar que siempre va a estar ahí, si es circunstancial o si no hay ningún problema. Gracias a nuestro juicio humano, al corregir estos “problemas”, el robot no repetirá el mismo patrón la próxima vez que se encuentre en la zona con ese objeto o situación. Así que sí, es inteligente pero necesita supervisión humana. No es lo más eficaz, pero evitarás así que siempre se atasque en los mismos lugares. Y esto es un punto a favor.

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Programaciones, notificaciones y más ayuda en la app de iRobot

Ojo, que la mitad de la inteligencia de este iRobot Roomba j7+ me la he encontrado en la aplicación. Como otros robots aspiradores permite su control desde el móvil. Algo súper útil para ponerlo en marcha mientras estás fuera de casa. Ya has visto que puedes dejar tu hogar sin recoger y el robot, aunque no lo aspire todo, al menos podrá limpiar allá donde no haya obstáculos. Pues bien, además de eso y de poder sincronizarse con el Asistente de Google, Alexa o Siri para que responda a nuestras órdenes de voz, la app cuenta con funciones extra muy interesantes.

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Una de ellas es la que permite poner en marcha el robot cuando no estás fuera de casa. De forma automática. Es verdad que, como con el tema de mapear tu casa o tomar fotos para los informes de limpieza, la configuración se hace algo tediosa. Tendrás que registrarte en el sistema IFTTT y hacer una programación para los días en los que quieras que suceda (no vaya a ponerse en marcha cada vez que saques al perro). Si sigues los pasos permitirás que la aplicación reconozca que has salido a ciertos metros de tu casa y eso mande la orden directa al robot de que le toca ponerse a trabajar. Ideal si eres un desastre en lo organizativo.

Para personas más preocupados por compartir su ubicación o simplemente más ordenadas, la aplicación permite programar limpiezas de todo tipo en cualquier momento. Como ya hemos creado el mapa de casa y hemos delimitado cada habitación, podremos crear planes para aspirar solo el salón, o el salón y el baño, o todo, o como queramos. Así podemos automatizarlo todo para despreocuparnos de la limpieza, que es uno de los fuertes de este Roomba j7+ de iRobot. Y la verdad que el sistema me ha resultado muy fácil y muy práctico para crear rutas en las habitaciones que más mancho. O para dar una orden de voz y pedir a Google que Roomba aspire el salón.

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Otro punto extra es que en la app me he encontrado con avisos para revisar el estado del robot. O para recordarme que es época de polen y que debería hacer más limpiezas. Así que es difícil que se te pase algo por alto.

Pero también me he encontrado con importantes puntos negativos en este aspecto relacionados con la aplicación. Uno de ellos es que los textos cambien de idioma automáticamente entre el inglés y el español. Tan rápido como saltar de un menú a otro. Algo que en mi caso no ha supuesto ningún problema, pero que puede serlo para quienes no dominen la lengua de Shakespeare. Otro es que la mayoría de opciones y ajustes extra necesitan una configuración que no está a la vista, en un diseño accesible para cualquier usuario. Resulta algo complejo rebuscar en el menú de Privacidad para encontrar la función que permite tomar fotos del entorno para crear el informe. Cuestiones que, bajo mi opinión, necesitan una revisión para que tanto el experto en tecnología como el que realmente quiere despreocuparse de su robot puedan disfrutarlo.

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Una base de autodescarga limpia y cómoda

Pero vamos a hablar de la base. La clave principal de este robot aspirador y que le da ese apellido de autónomo. Para mí, sin duda, lo mejor. Y es que a diferencia de otros robots me he olvidado completamente de pensar adónde va toda esa basura y pelos que recoge el robot. Paso olímpicamente del almacenamiento del robot. Y me fijo solo cuando lo necesita el depósito, que es aproximadamente cada dos meses. En efecto, llevo un mes usando este aspirador y la bolsa del depósito aún está medio llena.

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El sistema usa bolsas AllergenLock que recogen el 99% del polen y el moho. Así que no hay problema por tener este depósito durante dos meses (o más) en uso. La suciedad se va recogiendo y almacenando sin problemas de higiene. Además es realmente fácil de usar. Gracias al cierre automático de la bolsa, solo hay que ajustarlo en la ranura y usarlo. Cuando consiga llenar la bolsa tendré que tirar de la lengüeta que cierra su apertura y llevarla cómodamente a la basura. Sin que se escape polvo, ni suciedad, ni nada. Y lo mejor: sin mancharme.

En la caja llegan dos bolsas AllergenLock, así que, si aspirar día sí y día no tu casa tendrás sitio de almacenamiento de suciedad para unos cuatro meses. Más tiempo si reduces la frecuencia de limpieza. El sistema es realmente cómodo y limpio. Y las bolsas se pueden comprar aparte en packs oficiales de 3 bolsas por 20 euros, o en tiendas como en AliExpress buscando repuestos compatibles por unos 6 euros la unidad u otras ofertas en Amazon.

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Pero ¿aspira bien?

Con tanta tecnología casi me dejo por el camino algo básico: la limpieza. La verdad es que la potencia de aspirado me ha sorprendido en este Roomba j7+, aunque le he encontrado unos cuantos peros. Aspira migas, pelos y suciedad sin problema. Cada una de sus pasadas se deja notar en una casa como la mía donde hay un perro soltando pelo todo el año. Y no me he topado con montoncitos de pelusa, pelos o migas que hayan quedado en medio de una habitación porque el patrón de limpieza no ha obligado al robot a pasar por allí o porque su diseño deje restos. Sin embargo, he aprendido que no puedo pedirle que apure a este robot de iRobot.

Probablemente sea su PrecisionVision lo que le impide chocarse con la mayoría de rincones y elementos (aunque aun así se mueve bastante “al toque”). Y es que al final bordea muchos objetos y en habitaciones complicadas no resulta tan efectivo. Lo bueno es que su sistema de rodillos sin cerdas funciona bastante bien en suelo laminado como el de mi casa. Pero el rotor de cerdas parece no apurar en esquinas y otros rincones. Lo bueno es que si hay polvo o suciedad de cualquier tipo a la que llega, este robot la aspira. Pero si no llega se va a quedar ahí.

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Con lo que se queda en notable en cuanto a potencia pero en un aprobado justo en eficacia.

Diseño sencillo y bastante compacto

Lo primero que esperaba mi mente ansiosa era encontrarme con una base enorme, pesada y que no tendría lugar en mi piso de 50 metros cuadrados. La sorpresa fue ver una sola caja cuadrada con el robot aspirador y esta supuesta base enorme que al final no lo era tanto. El espacio que ocupa es algo así como 33 x 33 x 44 centímetros. Básicamente lo mismo que otros robots aspiradores con bases más pequeñas. Pero, en este caso, con una base que tiene un depósito en la parte superior. Y no, no es demasiado pesada. Aunque resulta robusta porque el robot aspirador ha de subirse a una pequeña plataforma. Así que todo queda unido cuando está instalado.

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El único modelo disponible es en color negro. Casi todos los materiales son plásticos, pero las líneas son sencillas y elegantes. Nada vistoso, ni futurista. Más bien han conseguido que la base parezca un cubo de basura pequeño y elegante, con un toque extra gracias a la etiqueta de un material que parece cuero que ayuda a abrir la tapa de este depósito. De la parte trasera sobresale el cable de corriente, que tiene opciones para estar completamente desenrollado o lo justo para evitar que sobresalga allá donde se instale.

Por su parte, el robot mantiene estas líneas sencillas y elegantes. Eso sí, además del color negro hay un círculo plateado en su parte superior y un único botón de control. Esconde muy bien su depósito tras un botón del lateral. Pero la verdad es que solo he accedido a él por mera curiosidad durante estos días de uso. Al fin y al cabo todo el trabajo sucio se lo ha llevado la base de autolimpieza. Lo que sí me ha sorprendido de este Roomba j7+ es que incorpora su propia luz LED para ir iluminando y conociendo el terreno por el que se mueve. Justo en su parte frontal, junto a la cámara. ¿Lo que más me ha gustado del diseño de este robot? Que es muy sencillo y su altura le permite entrar por debajo del mueble del salón. Y que sus ruedas son lo suficientemente potentes como para saltar pequeños desniveles de mi casa como alguna alfombra o embellecedores en los quicios de las puertas de la cocina y el baño.

No es un robot que sorprenda por diseño. Pero es funcional, que es lo más importante en estos casos. Además todo el equipo resulta compacto y, tras estos días, puedo asegurar que también resistente.

Conclusiones tras un mes de uso

Tras un mes de uso me queda claro que los depósitos de autovaciado son el futuro de los robots de limpieza. Y este Roomba j7+ de iRobot ha conseguido hacer que me olvide de recoger la suciedad. Al menos durante todo este mes. Volvemos a las bolsas, sí, pero es un sistema cómodo y limpio que apenas implica esfuerzo por parte del usuario.

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Como tampoco lo implica saber que cada vez que el Roomba se pone en marcha en mi casa tampoco me he tenido que preocupar de recogerla. Con otros robots la tarea de mover sillas, recoger objetos, anclar puertas y demás suponía ya un esfuerzo mental. En este caso, si no lo he hecho, sé que no tendré un aspirado muy apurado pero al menos el robot repasará la casa evitando los cables o cualquier problema. Todo ello programado al detalle desde la app, realmente completa en este aspecto.

Pero hay unos cuantos “peros” reseñables tras esta experiencia. El primero es que, aun con buena potencia de aspirado, este robot no es el más eficaz en la limpieza. Es un buen ayudante para mantener la casa sin pelusas o para repasar polvo, migas y pelos. Pero si tienes una mascota que suelta bastante pelo no pienses que va a ser tan eficaz como lo serías tú con una mopa o un aspirador especial de mano. No deja de ser un robot que asiste pero no sustituye.

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El otro gran pero es el diseño y experiencia de usuario de la aplicación a la hora de configurar detalles de funciones importantes. Parecen estar escondidas en algunos menús a los que normalmente no llegaríamos si no supiéramos que están ahí. Y todo ello cambiando de idioma de vez en cuando.

Me quedo con la inteligencia a la hora de mapear y preguntarme por los obstáculos que se ha encontrado durante la limpieza. Y su capacidad para no quedarse atascado en ellos.

Ahora solo queda saber si su precio de 1.000 euros te compensa. Con alternativas algo más caras pero que también friegan además de autovaciarse, quizá iRobot lo tenga difícil apostando todo a su Inteligencia Artificial. Un acabado más estable de su aplicación y algo más de eficacia en su limpieza marcarían la diferencia en ese rango de precio.

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