El teléfono más esperado de Xiaomi ya es una realidad. El Redmi Note 11 llega con un diseño que mejora lo presente y una ficha técnica actualizada a los estándares de este año. Otra de las novedades de la que presume el modelo más económico de la serie Redmi Note tiene que ver precisamente con el apartado fotográfico, que viene presidido por un sensor principal de 50 megapíxeles que apunta maneras. ¿Serán estos argumentos motivo suficiente para justificar la renovación de uno de los teléfonos de la marca más vendidos de 2021? He tenido la oportunidad de probar el Xiaomi Redmi Note 11 durante algo más de una semana para dar respuesta a esta pregunta.
Ficha técnica
Xiaomi Redmi Note 11 | Xiaomi Redmi Note 11S | Xiaomi Redmi Note 11 Pro | Xiaomi Redmi Note 11 Pro 5G | |
Pantalla | Panel AMOLED de 6,43 pulgadas con resolución Full HD+ (2.400 x 1.080 píxeles), 90Hz de tasa de refresco, brillo de 700 nits (1.000 nits máx.) y protección Corning Gorilla Glass 3 | Panel AMOLED Full HD+ de 6,43 pulgadas con resolución Full HD+ (2.400 x 1.080 píxeles), 90Hz de tasa de refresco, brillo de 700 nits (1.000 nits máx.) y protección Corning Gorilla Glass 3 | Panel AMOLED de 6,67 pulgadas con resolución Full HD+ (2.400 x 1.080 píxeles), 120Hz de tasa de refresco y 360 de respuesta táctil, brillo de 700 nits (1.200 nits máx.) y protección Corning Gorilla Glass 5 | Panel AMOLED de 6,67 pulgadas con resolución Full HD+ (2.400 x 1.080 píxeles), 120Hz de tasa de refresco y 360 de respuesta táctil, brillo de 700 nits (1.200 nits máx.) y protección Corning Gorilla Glass 5 |
Cámara principal | Sensor principal de 50 megapíxeles y apertura focal f/1.8 Sensor secundario con lente ultra gran angular de 8 megapíxeles y apertura focal f/2.2 y ángulo de 118º Sensor terciario con lente macro de 2 megapíxeles y apertura focal f/2.4 Sensor de profundidad de 2 megapíxeles y apertura focal f/2.4 | Sensor principal de 108 megapíxeles y apertura focal f/1.8 Sensor secundario con lente ultra gran angular de 8 megapíxeles y apertura focal f/2.2 y ángulo de 118º Sensor terciario con lente macro de 2 megapíxeles y apertura focal f/2.4 Sensor de profundidad de 2 megapíxeles y apertura focal f/2.4 | Sensor principal de 108 megapíxeles y apertura focal f/1.9 Sensor secundario con lente ultra gran angular de 8 megapíxeles y apertura focal f/2.2 y ángulo de 118º Sensor terciario con lente macro de 2 megapíxeles y apertura focal f/2.4 Sensor de profundidad de 2 megapíxeles y apertura focal f/2.4 | Sensor principal de 108 megapíxeles y apertura focal f/1.9 Sensor secundario con lente ultra gran angular de 8 megapíxeles y apertura focal f/2.2 y ángulo de 118º Sensor terciario con lente macro de 2 megapíxeles y apertura focal f/2.4 Sensor de profundidad de 2 megapíxeles y apertura focal f/2.4 |
Cámara para selfies | Sensor de 13 megapíxeles y apertura focal f/2.4 | Sensor principal de 16 megapíxeles y apertura focal f/2.4 | Sensor de 16 megapíxeles y apertura focal f/2.4 | Sensor de 16 megapíxeles y apertura focal f/2.4 |
Memoria interna | 64 ó 128 GB | 64 ó 128 GB de tipo UFS 2.2 | 64 ó 128 GB de tipo UFS 2.2 | 64 ó 128 GB de tipo UFS 2.2 |
Ampliación | A través de tarjetas micro SD de hasta 1 TB | A través de tarjetas micro SD de hasta 1 TB | A través de tarjetas micro SD de hasta 1 TB | A través de tarjetas micro SD de hasta 1 TB |
Procesador y memoria RAM | Snapdragon 680 de ocho núcleos hasta 2,4 GHz 4 ó 6 GB de memoria RAM | Mediatek Helio G96 de ocho núcleos hasta 2,05 GHz 6 u 8 GB de memoria RAM | Mediatek Helio G96 de ocho núcleos hasta 2,05 GHz 6 u 8 GB de memoria RAM | Snapdragon 695 de ocho núcleos hasta 2,2 GHz 6 u 8 GB de memoria RAM |
Batería y autonomía | 5.000 mAh con carga rápida de 33W (cargador incluido) Del 0% al 100% en 58 minutos | 5.000 mAh con carga rápida de 33W (cargador incluido) Del 0% al 100% en 58 minutos | 5.000 mAh con carga rápida de 33W (cargador incluido) | 5.000 mAh con carga rápida de 67W (cargador incluido) |
Sistema operativo | Android 11 bajo MIUI 13 | Android 11 bajo MIUI 13 | Android 11 bajo MIUI 13 | Android 11 bajo MIUI 13 |
Conexiones | 4G LTE, WiFi 5, Bluetooth 5.0, USB tipo C, GPS, NFC para pagos móviles, sensor de infrarrojos… | 4G LTE, WiFi 5, Bluetooth 5.0, USB tipo C, GPS, NFC para pagos móviles, sensor de infrarrojos | 4G LTE, WiFi 5, Bluetooth 5.1, USB tipo C, GPS, NFC para pagos móviles, sensor de infrarrojos… | 5G SA y NSA, 4G LTE, WiFi 5, Bluetooth 5.1, USB tipo C, GPS, NFC para pagos móviles, sensor de infrarrojos… |
SIM | Dual nano SIM | Dual nano SIM | Dual nano SIM | Dual nano SIM |
Diseño | Fabricación en policarbonato Colores: Gris grafito, Azul crepúsculo, Azul estrella Lector de huellas en el lateral Resistencia IP53 | Fabricación en policarbonato Colores: Gris grafito, Azul crepúsculo, Blanco perla Lector de huellas en el lateral Resistencia IP53 | Fabricación en policarbonato Colores: gris, azul y blanco Lector de huellas en el lateral Resistencia IP53 | Fabricación en policarbonato Colores: gris, azul y blanco Lector de huellas en el lateral Resistencia IP53 |
Dimensiones | 159,8 x 73,8 x 8 milímetros y 179 gramos | 159,8 x 73,8 x 8 milímetros y 179 gramos | 164,19 x 76,1 x 8,12 milímetros y 202 gramos | 164,19 x 76,1 x 8,12 milímetros y 202 gramos |
Audio | Altavoz doble, jack de audio | Altavoz doble, jack de audio | Altavoz doble, jack de audio | Altavoz doble, jack de audio |
Funciones destacadas | Puerto de infrarrojos, servicio gratuito de reparación de la pantalla durante los primeros seis meses | Puerto de infrarrojos, servicio gratuito de reparación de la pantalla durante los primeros seis meses | Puerto de infrarrojos, servicio gratuito de reparación de la pantalla durante los primeros seis meses | Puerto de infrarrojos, servicio gratuito de reparación de la pantalla durante los primeros seis meses |
Fecha de lanzamiento | Disponible | Disponible | Próximamente | Próximamente |
Precio | Desde 200 euros | Desde 250 euros | Por confirmar | Por confirmar |
Diseño: sorprende por su peso pero no por sus acabados
Cumpliendo con las últimas tendencias, la principal novedad estética del Xiaomi Redmi Note 11 se presenta en forma de marcos planos. En este caso, la marca se deshace de las curvas, que quedan relegadas a la carcasa trasera. Eso sí, tanto el chasis como la carcasa mantienen el plástico como material de construcción, lo que ayuda a reducir el grosor y el peso del dispositivo hasta unos 8 milímetros y 179 gramos. De hecho, el teléfono sorprende precisamente por sus dimensiones: pesa menos de lo que su tamaño nos podría hacer pensar. Por desgracia, la sensación en mano no es tan premium como la de otros teléfonos de la propia marca.
Otro de los puntos destacables de su diseño es la certificación IP53 al polvo y a salpicaduras que lo respalda parcialmente de accidentes, además de la protección Corning Gorilla Glass 3 que recubre la pantalla. A pesar de su fabricación en policarbonato, lo cierto es que se nota una cierta solidez en su conjunto. Esto no quita la falta de innovación por parte de la marca en este aspecto. Habrá que ver si la pintura resiste el paso del tiempo.
Un panel AMOLED que derrocha calidad por los costados a pesar su precio
La marca ha vuelto a apostar en su versión más económica por un panel AMOLED de 6,43 pulgadas con resolución Full HD+, certificación DCI-P3 y brillo máximo de 700 nits, con niveles pico de 1.000, lo que supone una dferencia de 100 nits respecto a su antecesor. La principal novedad llega de la mano de la frecuencia de actualización del panel, que es capaz de alcanzar los 90 fotogramas por segundo, con una frecuencia de muestreo de 180 Hz.
Si obviamos la ficha técnica del dispositivo, lo cierto es que la experiencia general es de sobresaliente; me atrevería a decir incluso que nos encontramos ante el aspecto más destacable del terminal. El nivel de brillo máximo nos permite disfrutar del panel en exteriores sin demasiadas complicaciones. Mención especial al brillo automático, que funciona con rapidez adaptándose a las condiciones lumínicas en todo momento. Por otro lado, el esquema de colores que viene configurado por defecto peca de saturación, si bien podemos modificarlo a posteriori.
En cuanto a la velocidad de respuesta, la tasa de muestreo táctil y la velocidad del panel aproximan la experiencia a la de un teléfono de gama alta en toda regla. Por desgracia, la velocidad de respuesta del sistema no acompaña, aunque de ello hablaremos en posteriores apartados.
Toda esta experiencia se ve emborronada por un sensor de proximidad que vuelve a pecar de lo que adolecía la generación anterior. Al hacer uso de un sistema de reconocimiento por ultrasonidos, el comportamiento durante las llamadas o a la hora de reproducir un audio de WhatsApp es errático, generando un falso positivo que deja el teléfono inutilizable cuando lo sujetamos en posición horizontal.
A MIUI 13 le falta una mano de optimización
El Xiaomi Redmi Note 11 presume de ser uno de los primeros teléfonos de la marca que cuenta con MIUI 13 – bajo Android 11, eso sí – . La última versión del sistema no presenta demasiadas novedades respecto a MIUI 12, no obstante, el punto más criticable de la capa de personalización no tiene nada que ver con sus funciones, sino con la falta de rendimiento general. Hablemos antes de las especificaciones del dispositivo antes de tratar sobre ello.
En concreto, nos encontramos con un procesador Snapdragon 680, junto con 4 GB de memoria RAM y 64 GB de almacenamiento interno de tipo UFS 2.2. Existe otras dos variantes con 6 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento, aunque la más básica es la que Xiaomi nos ha cedido para las pruebas. ¿Qué tal ha sido la experiencia con el teléfono tras una semana de uso? Lo cierto es que un tanto caótica.
A pesar de que el rendimiento general del sistema es correcto, se aprecia una ralentización en las animaciones y la ejecución de aplicaciones como WhatsApp o Instagram, que tardan en abrirse más de la cuenta a pesar de haber estado almacenadas en segundo plano. Es precisamente en este punto donde se encuentra la principal causa de estas ralentizaciones: al contar únicamente con 4 GB de RAM, el sistema se ve obligado a eliminar las aplicaciones que se almacenan en memoria para dar paso a otros procesos, lo que genera una recarga constante de actividades.
La cosa tampoco mejora si activamos la tasa de refresco de 90 Hz. Es cierto que el desempeño general se ve mejorado ligeramente, pero las ralentizaciones siguen estando presentes. También es cierto que la última actualización que ha recibido el teléfono ha mejorado algo estos problemas, pero la experiencia sigue estando lejos de ser perfecta.
A todo esto hay que sumarle la falta de optimización que la capa de personalización presenta con respecto a las aplicaciones de terceros. Los errores son tan diversos como variopintos: las notificaciones de WhatsApp dejan de funcionar aleatoriamente, aplicaciones como Discord o Twitch sufren cierres forzosos y otras como Gmail se quedan bloqueadas de manera repentina. Y por si esto no fuera poco, la última actualización que recibió el dispositivo eliminó un par widgets de MIUI que estaban configurados en el Escritorio y que no han vuelto a aparecer en la galería de widgets.
¿Y qué hay del rendimiento del Xiaomi Redmi Note 11 en juegos? En general, la experiencia ha sido positiva, con una tasa de imágenes más o menos constante y una calidad gráfica que dependerá del número de fotogramas que queramos disponer en la partida. Eso sí, la tasa de refresco de 90 Hz parece de postín, ya que ningún juego es capaz de aprovechar esta cifra: todos se ejecutan a 30 ó 60 FPS tras hacer las respectivas comprobaciones con el contador nativo de MIUI.
Por otro lado, el teléfono no permite configurar la calidad gráfica más alta de la mayoría de títulos que he probado, como Call of Duty Mobile o Asphalt 9. En el caso de Fortnite, el juego ni llega a iniciarse, ya que se queda anclado en la pantalla de inicio de sesión. Curiosamente, el Redmi Note 10 era capaz de ejecutarlo sin problemas. La buena nueva es que la gestión de la temperatura parece entrar dentro de los estándares, ya que el teléfono apenas sufre recalentamientos, con una temperatura máxima registrada de 34º C.
Apartado fotográfico: ya es hora de que Xiaomi dé un paso adelante con sus cámaras
El apartado fotográfico suele ser el más interesante de analizar por las diferentes propuestas que los fabricantes presentan en sus dispositivos. Por desgracia, Xiaomi vuelve a repetir la fórmula de sus tres últimas generaciones, perdiendo todo su sentido con una cuarta que no presenta ninguna novedad, más allá del sensor principal, que mejora la resolución hasta los 50 megapíxeles y mantiene la apertura en una focal f/1.8. El resto de sensores son prácticamente los mismos que nos encontramos en el Redmi Note 8, 9 y 10: tres cámaras de 8, 2 y 2 megapíxeles con lentes gran angular y macro y un sensor destinado específicamente al modo Retrato.
Los resultados con la cámara principal son aceptables en términos generales, aunque algo inconsistentes dependiendo de las condiciones lumínicas. Por ejemplo, cuando nos encontramos con ciertos contrastes al atardecer o en zonas con ciertas sombras, la cámara secundaria se comporta mejor a la hora de manejar el rango dinámico.
La solución a este problema pasa por activar el HDR, que salva parcialmente las zonas de luces altas y sombras. En caso contrario, perderemos parte de la información en las zonas oscuras. El modo AI tampoco salva las imágenes, ya que solo se limita a colorear las imágenes en función de color predominante.
Por ejemplo, si la foto es de un cielo azul, se aplicará un efecto que resaltará dicho color. Lo mismo sucede cuando nos encontramos vegetación o atardeceres: el tono general cambiará a verde para resaltar la hierba o a amarillo para destacar los rayos del Sol. Durante la noche, obtenemos una saturación general de los colores que ensucia bastante el resultado.
Si activamos el modo Nocturno, el teléfono intentará salvar la imagen haciendo una captura de larga exposición de 3 ó 4 segundos. Lamentablemente, los resultados son algo decepcionantes, ya que el nivel de luminosidad es pobre y el nivel de detalle se pierde por el lavado de las texturas para reducir el ruido de la imagen. La buena nueva es que el tratamiento de las luces y ciertas sombras se mejora, aunque a costa de perder cierta calidad.
Si nos centramos en el modo Retrato, Xiaomi se apoya en la cuarta cámara para separar el fondo y mejorar el reconocimiento de cuerpos. En este caso, los resultados si son decentes: la separación de sujeto y fondo se realiza con acierto y el nivel de desenfoque es natural (podemos modificarlo a posteriori). Cuando la luz decae, los resultados empeora, pero en general, la experiencia es positiva.
Trasladándonos a la cámara secundaria, su uso queda relegado a la fotografía diurna por las carencias que presenta el sensor. La diferencia de colorimetría con respecto al sensor principal ya no es tan notoria, por lo que los resultados son algo más salvables. Lo mismo sucede con el rango dinámico, donde Xiaomi parece haber puesto algo de trabajo. Por la noche, sin embargo, los resultados son directamente desechables: ruido por los cuatro costados y un procesado nefasto de las luces y las sombras.
En cuanto a la cámara con lente macro, la baja resolución del sensor (tan solo 2 megapíxeles) limita las posibilidades que nos ofrece. Aunque los resultados en las condiciones idóneas son correctos, las especificaciones de la cámara dificultan el enfoque y el manejo de contrastes. Tal es así, que la mayoría de veces obtendremos una imagen movida o desenfocada, sobre todo si tenemos en cuenta la utilidad de este tipo de cámaras: insectos, vegetación, motas de polvo…
Para mi sorpresa, la cámara es capaz de grabar vídeo en resolución 720p a 30 FPS, con unos resultados que dependerán de la mano que tengamos para enfocar y mantener un nivel de luminosidad aceptable.
Hablando de la grabación de vídeo, Xiaomi limita la resolución de todos los sensores a 1080p, algo que no se entiende si tenemos en cuenta que el Redmi Note 10 ya era capaz de grabar a 4K. En este caso, el sensor principal es capaz de grabar a una calidad de 1080 líneas a 60 cuadros por segundo, mientras que el secundario limita la grabación a 30 FPS y 720p. La calidad de imagen es similar a la que obtenemos a la hora de tomar fotografías, por lo que lo más destacable es el trabajo de la compañía a la hora de estabilizar las escenas, al menos en tasas de 30 cuadros, ya que la grabación a 60 deshabilita todo tipo de estabilización por software. Tampoco es demasiado positivo el tratamiento del teléfono intentando equilibrar escenas, ya que se obtienen destellos y artefactos al amortiguar el movimiento.
Si nos trasladamos a la parte delantera del Xiaomi Redmi Note 11, la experiencia con la cámara frontal ha sido un tanto decepcionante. Cuando las condiciones lumínicas acompañan, los resultados son más o menos aceptables si obviamos el lavado de texturas que el modo Belleza aplica de manera nativa sobre las pieles aunque lo desactivemos.
Durante el día, la gestión de las altas luces nos deja con alguna que otra zona más quemada de la cuenta. Cuando la cantidad de luz decae, empieza a relucir el famoso efecto mantequilla en las texturas por la baja apertura focal del sensor.
Pero donde peor se comporta la cámara frontal es a la hora de grabar vídeo. Ya sea por falta de optimización o por un tratamiento erróneo de la exposición, la cámara es incapaz de controlar de forma acertada las luces, dando prioridad al fondo y sobreexponiendo la escena aunque enfoquemos de manera manual a la cara. Y si hablamos de la estabilización, Xiaomi parece haber desactivado esta función en todas las resoluciones, obteniendo como resultado vídeos inestables y faltos de enfoque.
Un sonido estéreo redondo que sorprende por volumen y rango dinámico
En el apartado sonoro, Xiaomi ha apostado por dos altavoces situados en la parte superior e inferior del dispositivo, junto a la cámara frontal y el puerto de carga. La experiencia global es positiva, no solo por el nivel de volumen máximo, también por su rango dinámico: no destaca en las frecuencias más graves, pero se defiende en las frecuencias medias y los agudos. Todo ello sin llegar a saturar el sonido aunque configuremos en nivel de volumen en su valor máximo. En definitiva, una buena experiencia sonora, sobre todo a la hora de reproducir contenido en YouTube, Netflix y HBO. Si vamos a escuchar estilos de música que demanden tonos más graves, la escasa presencia de bajos puede limitarnos la experiencia.
Otro de los puntos a destacar del Xiaomi Redmi Note 11 tiene que ver con la presencia de un puerto de 3,5 milímetros para los auriculares. La experiencia sonora a través de este puerto es la esperada, aunque se echa de menos algo más de volumen. Lo mismo sucede cuando hacemos uso de la conexión Bluetooth. He probado a conectar unos cascos Philips DJ SHL3100 y unos auriculares inalámbricos Huawei Freebuds 4 y la sensación general es precisamente ésa, que falta volumen general. También he llegado a apreciar ciertas saturaciones en los auriculares de Huawei, las cuales no están presentes en otros dispositivos.
En cuanto a la calidad de las llamadas, dado que el altavoz es el mismo que se utiliza para reproducir el resto de sonidos, el volumen y la definición de las voces son muy buenos. Lo mismo sucede con el sonido recogido a través del micrófono.
Sin sorpresas en la autonomía (y eso son buenas noticias)
Xiaomi va a por lo seguro replicando la capacidad de la pila de sus antecesores, con 5.000 mAh soportados por una carga rápida de 33 W que promete cargar el dispositivo al completo en menos de una hora. La marca, por cierto, incluye un cargador de 33 W en la caja, por lo que no tendremos que adquirir uno por separado.
Las cifras conseguidas con semejante batería son las que cabría esperar. Cuando configuramos la frecuencia se la pantalla a 60 Hz, la autonomía puede hacernos llegar al día y medio de uso, con una media de entre 8 horas y 8 horas y media de pantalla. Si configuramos la tasa de refresco a 90 Hz, la autonomía decrece ligeramente hasta las 7 horas activas de pantalla. El escenario de uso en las dos configuraciones ha sido el mismo: WhatsApp, Telegram, aplicaciones de fotografía, juegos pesados, gestión activa de correo electrónico, Instagram, Wallapop, Tinder…
En lo que respecta a la carga, tal y como prometía la marca en el evento de presentación, las cifras obtenidas nos dan como resultado una carga completa en poco más de 50 minutos. Buen trabajo de Xiaomi en este aspecto.
Conectividad correcta, pero poco más
El Xiaomi Redmi Note 11 vuelve a repetir especificaciones respecto a su antecesor. En concreto, el teléfono cuenta con conexiones WiFi de doble banda, Bluetooth 5.0 y NFC para pagos móviles, además de una conexión GPS compatible con los principales satélites y radio FM. Aunque se echa de menos una actualización general en las conexiones WiFi y Bluetooth, lo cierto es que la experiencia fuera del papel es positiva. El alcance de la red inalámbrica me ha sorprendido para bien, llegando a superar incluso a la de mi Huawei P40 Pro a una distancia media de 5 metros, con una planta de diferencia y varias paredes haciendo de obstáculos.
En lo que respecta a la conexión Bluetooth, la sincronización con auriculares inalámbricas y sistemas de ayuda a la conducción es prácticamente instantánea. Eso sí, el alcance de la red es algo limitado, ya que comienza a perder la conexión cuando nos alejamos 2 ó 3 metros de la fuente de emisión. Por otro lado, el comportamiento de la conexión GPS es correcto: localización prácticamente instantánea y sin pérdidas significativas cuando estamos en movimiento. También lo es el de la cobertura en interiores, la cual se encuentra al mismo nivel que otros modelos de la competencia.
Biometría: buen trabajo por parte de Xiaomi, aunque falta optimización
Pocas sorpresas son las que nos encontramos en el apartado de la biometría. Una vez más, el fabricante opta por un sensor de huellas que reposa sobre el botón de Encendido. El margen de error del sensor es inexistente y la velocidad de reconocimiento es prácticamente instantánea. Por desgracia, a pesar de que la experiencia general es positiva, la animación de desbloqueo es algo lenta en comparación con el resto de animaciones del sistema, retrasando el acceso al dispositivo unas décimas de segundo.
En lo que respecta al sistema de reconocimiento facial, la velocidad de respuesta es similar a la del sensor de huellas, no obstante, dado que haremos uso del botón de Encendido para activar la pantalla, lo más probable es que este sistema caiga en desuso en el día a día. A esto hay que sumarle que su comportamiento cuando las condiciones lumínicas no acompañan es errático y lento, ya que se aprovecha únicamente de la cámara frontal, la cual carece de un sensor de infrarrojos o un módulo 3D.
Precio, opinión y conclusiones, ¿merece la pena comprar el Xiaomi Redmi Note 11?
Tras analizar el Xiaomi Redmi Note 11 en detalle, toca sacar conclusiones. ¿Merece la pena apostar este año por la serie ganadora? Como siempre, esta decisión depende del precio, que en el momento de su salida es de 200 euros para la versión con 4 GB de memoria RAM y 64 de almacenamiento.
A grandes rasgos, nos encontramos con una de las opciones más completas dentro de su rango de precios, – junto con otras propuestas de realme y Poco – y, probablemente, la más recomendable en su gama de producto. ¿Quiere decir esto que es más recomendable que otras opciones del mercado? La respuesta a esta pregunta la decide el bolsillo, lo que es un hecho es que existen opciones mucho más recomendables por poco menos de 250 euros. A esto hay que sumarle la falta de optimización general del sistema, por no mencionar la limitación que supone contar con 4 GB de RAM a día de hoy, no solo de cara al rendimiento, sino también al soporte de software en lo que a actualizaciones se refiere.
Otro de los puntos de mejora del teléfono tiene que ver con el apartado fotográfico, que se replica año tras año con la única salvedad del sensor principal. Todos estos detalles me hacen preguntarme lo siguiente: ¿hasta cuando le funcionará a Xiaomi repetir la misma fórmula? Solo el tiempo nos lo dirá, pero las opciones que se están presentando últimamente empiezan a ser algo descafeinadas.
Me encanta Xiaomi, estoy valorando seriamente comprar este modelo… soy muy fiel a la marca