Doblamos 1.000 veces el Samsng Galaxy Fld

Después de haber probado el nuevo Samsung Galaxy Fold durante una semana, uno se da cuenta de que está ante un móvil que abre las puertas a un nuevo mercado. A nuevas posibilidades y nuevos formatos. El móvil flexible parece llegar para quedarse. Y sí, es un primer acercamiento muy caro, pero con otros fabricantes siguiéndole de cerca, todo apunta a que en los próximos años, además de los móviles Premium, habrá una familia de flexibles en cada casa. Pero ¿es el Galaxy Fold un móvil resistente?

La clave está en la tecnología de su pantalla, la cual denominan Dynamic AMOLED Infinity Flex, en este caso. Es decir, que no deja de ser un panel con la tecnología AMOLED de Samsung, capaz de ofrecer un brillo y color realmente buenos y además ser eficiente. Pero en lugar de recubrirla con cristal, este Samsung Galaxy Fold lo hace con un adhesivo flexible y, por encima, para cubrirlo todo, una capa de un polímero con una composición avanzada que permite fijarlo todo en su lugar, doblarlo y mantener la imagen nítida y visible.

pantalla flexible

Todo ello sin que importe si abres completamente el móvil en 180 grados, o si lo colocas en formato libro, medio abierto. Los dos cuerpos que une la bisagra del Samsung Galaxy Fold no estarán en liso, y dejarán la pantalla doblada por el centro, pero seguirá mostrando información. He podido así evitar miradas cotillas en lugares públicos pero seguir usando la pantalla grande de 7,3 pulgadas de forma íntima. Todo se sigue viendo más o menos igual. Y a una resolución QXGA+ de 2152 x 1536 píxeles.

Y digo más o menos igual porque sí es verdad que hay más reflejos en el polímero que recubre este panel flexible que en una pantalla clásica con cristal. Eso sí, mirada de frente evitas los brillos, la marca de la doblez y cualquier otro efecto que pueda tener esta pantalla. Pero vamos a lo importante: ¿aguanta la apertura y cierre constante?

Un sistema de bisagra resistente

La clave de todo esto está tanto en la pantalla flexible como en el sistema de bisagra del Samsung Galaxy Fold. Es una pieza de metal que une las dos mitades que forman este móvil. Cuenta con dos medios círculos donde se encajan los extremos del móvil, y lo curioso es que ofrece un sistema estable tanto cuando el móvil está plegado como cuando está totalmente abierto. Es difícil sobrepasar los 180 grados de ángulo sin hacer demasiada fuerza y saber que vas a dañar el móvil. Y cuando está plegado, a pesar de dejar un pequeño hueco interior, tampoco hay ningún tipo de juego o recorrido que haga que las piezas se muevan.

El diseño interior de esta bisagra hace que el móvil quede fuertemente plegado. Tendremos que coger desde los extremos y abrir con cierta fuerza para empezar a desplegar el móvil. Si lo queremos mantener con la pantalla flexible totalmente plana solo habrá que empujar los laterales hasta que encajen. No es exactamente un sistema de click pero es completamente estable para que el móvil quede en esa posición.

Y sí, lo hemos hecho muchas veces durante nuestra semana de uso. De hecho calculamos haberlo abierto y cerrado alrededor de 1.000 veces en siete días. Mucho más de lo que normalmente se haría, pero es que probar un móvil nuevo con estas capacidades es lo que tiene. Nada más cogerlo en las manos, incluso antes de encenderlo, ya captó mi atención este sistema de bisagra. Lo abres, lo cierras, lo dejas en un punto intermedio… El caso es que notas que el móvil tiene una estructura resistente en cualquier estado. Pero qué pasa cuando lo haces sistemáticamente. ¿Está hecho para aguantar?

Desgraciadamente Samsung solo nos ha prestado el móvil una semana por cuestiones de logística. Somos muchos medios los que queríamos echarle mano. Pero calculando los números en los que se basa Samsung, hemos podido abrir y cerrar este móvil 1.000 veces en una semana. Es decir, más de 110 veces al día. Ya sea para mirar el resultado de las fotos conseguidas, ver el mapa a gran tamaño o simplemente seguir con la partida desde la pantalla pequeña a la grande y flexible. Pero también por ver qué tal aguanta este sistema.

Y la verdad es que el resultado es satisfactorio. Se nota que Samsung ha trabajado duro en el diseño de este sistema. Puede tener sus fallos, como la marca de doblez de la pantalla flexible, o el pequeño espacio que queda al plegarlo. Pero eso no lo hace menos resistente. El móvil sigue abriendo y cerrando firmemente tras la semana de uso y los 1.000 ciclos, si no más, de apertura y cierre. Y la cosa pinta que seguiría igual con un uso habitual salvo que lo forcemos, nos sentemos en él o hagamos algo raro con esta bisagra. Nada ocurre si lo tratamos con algo de cariño. Al fin y al cabo es un móvil de 2.020 euros.

abrir y cerrar

¿Por qué hay tanto vídeo de Samsung Galaxy Fold rotos?

El tema de la resistencia de esta pantalla flexible trae cola. En primer lugar porque la primera edición del Samsung Galaxy Fold que probaron algunos periodistas hace bastantes meses no llegaba del todo preparado. Es por eso que muchos de estos profesionales, creyendo que se trataba de una capa protectora de la pantalla, acabaron retirando la superficie real del panel. La conclusión fue que, debido a una falta de información previa por parte de Samsung, o a un fallo de diseño poco previsor, las críticas cayeron sobre esta pantalla flexible.

Samsung tomó nota y unos meses después se aseguró que todas las capas de esta pantalla estuvieran fijas y no fueran accesibles o se confundieran con un protector. Pero fue el momento de las duras pruebas de resistencia de algunos medios que querían comprobar si el sistema de cierre del Galaxy Fold aguantaba. Por ello, armados con robots de laboratorio capaces de imitar el movimiento de cierre y apertura, han comprobado cuántas veces era capaz de aguantar este ciclo el móvil flexible de Samsung.

samsung galaxy fold

Medios como CNET demostraron que 120.000 ciclos eran suficientes para destrozar este móvil. Con un robot y un movimiento frenético, ni el sistema de bisagra ni la pantalla flexible llegaron vivos a los 200.000 ciclos que asegura Samsung. Pero claro, ni era una prueba realmente científica ni es la realidad. El robot en el que lo probaron forzaba el mecanismo del móvil, y llegó a haber momentos en los que éste no estaba bien sujeto. Además, hay que tener en cuenta que el Samsung Galaxy Fold lo va a usar un humano, no una máquina. Alguien consciente de lo que tiene en las manos y de cómo funciona. Y de lo que vale, claro. Así que estimamos que la resistencia, salvo accidentes, cumple como debería. Al menos a nosotros nos ha funcionado exactamente igual tanto al principio como el final de nuestra semana de uso.

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