El pasado mes de septiembre, la ONU miró al cielo y pensó que ya era hora de empezar ha advertir sobre un grave problema que se cierne sobre nuestras cabezas. Literalmente. Si en la actualidad nos llevamos las manos a la cabeza por la cantidad de plástico que asola nuestros océanos, otro vasto océano, el universo, no se queda atrás en cuanto a acumulación de desechos. En el mes de septiembre, la ONU miró al cielo e hizo un repaso de las últimas seis décadas de carrera especial, una maratoniana competición en la que se enzarzaron los egos de las dos mayores potencias en aquel momento, los Estados Unidos y la URSS, y que trajo frutos como la llegada del hombre a la luna o el envío de una perrita que, a la postre, se ha hecho tan célebre como Lassie, Laika.
La basura nos mira desde arriba: el problema de los residuos espaciales
El resultado de alzar la vista al cielo fue bastante desesperanzador. Sesenta años dan para mucho acumular en el espacio: en 1957 se inicia la carrera espacial y, desde entonces, se agrupan en el espacio unos 23.000 objetos de los cuáles solo 1.200 son satélites en pleno funcionamiento, según datos oficiales de la ESA (Agencia Espacial Europea). En febrero de 2018 se estimaba que el universo podría estar albergando nada menos que 7.000 toneladas de chatarra espacial. Para poner en relación esta cifra, indicar que, por ejemplo, la Estatua de la Libertad pesa 225 toneladas. Tenemos, por lo tanto, más de 31 ‘estatuas’ flotando en el universo.
Y a este problema hay que añadirle otro: de la colisión de estos objetos surgen, a su vez, nuevos desechos y objetos que campan a su aire. Este problema es exponencial. Cuántos más desechos tengamos en el universo mayor será la probabilidad de que choquen y creen nuevos desechos.
Si quieres ver por ti mismo el problema de la chatarra espacial entra en esta página, desarrollada por el programador James Yoder en el que se nos muestra una imagen simulada, en tiempo real, de todos los objetos que se encuentran en el espacio. Simplemente aterrador.
La ESA, según sus fuentes oficiales, estima que ahora mismo hay más de 750.000 objetos de más de un centímetro en nuestro universo, objetos completamente inútiles que podemos catalogar como basura espacial y que se encuentran viajando a unos 56.000 kilómetros por hora. Esto no supone solo un grave problema de contaminación espacial sino que pone en peligro a todos los satélites de telecomunicaciones que se encuentran activos en estos momentos. La situación no tiene visos de cambiar puesto que no hay forma posible, de momento, de eliminar dicha chatarra espacial. De hecho, se prevé que aumente, ‘gracias’ a iniciativas de magnates todopoderosos como Elon Musk, señor y jefe de SpaceX.
Elon Musk quiere llenar el universo de satélites
SpaceX es el creador del proyecto Starlink, un plan para enviar al espacio una red satelital que llegue a crear la red de banda ancha más grande del mundo. El pasado mes de mayo, SpaceX lanzó la primera tanda de satélites, compuesta por sesenta de ellos tras recibir la aprobación de la Comisión Federal de los Estados Unidos (FCC). En total, el proyecto apuesta por enviar un total de 11.943 satélites en la órbita baja terrestre con el fin de dar servicio de banda ancha por satélite. No contentos con ello, han ampliado la solicitud de envíos de equipos al espacio, incrementándolos en 30.000 más. Elon Musk quiere que más de 40.000 equipos sobrevuelen nuestras cabezas. Equipos que se añadirán a las toneladas que ya se encuentran vagando sin rumbo y, lo que es peor, sin que exista una solución posible a este problema.
En la petición de lanzamiento de satélites, no obstante, no se aclara cuándo se pondría en marcha el funcionamiento del proyecto. Para ello podrían pasar muchos años. Mientras, el problema de la chatarra espacial seguirá dando quebraderos de cabeza a la opinión internacional. Al problema intrínseco de los desechos debemos añadir el de la contaminación lumínica, un inconveniente que puede hacer mella en la investigación de astrofísicos y astrónomos.
