¿Hay un agujero negro orbitando en nuestro sistema solar? 1

Durante los últimos años los astrónomos han estado especulado sobre la existencia de «Planeta 9», un hipotético planeta cinco veces el tamaño de la Tierra que se encontraría en las regiones exteriores de nuestro sistema solar, más allá de Neptuno. Se piensa que el inusual agrupamiento de asteroides y órbitas de cometas estaría muy relacionado con él. De hecho, los movimientos observados en muchos objetos «transneptunianos» no podrían llevarse a cabo sin la presencia de una fuente gravitatoria oculta. De ahí que se crea que esa fuente desconocida de gravedad podría ser un nuevo planeta de nuestro sistema, un mundo que aún está por descubrir. Pero, ¿y si en lugar de un planeta fuera un agujero negro?

Jakub Scholtz y James Unwin, físicos de las universidades de Durham (Reino Unido), y de Illinois (Chicago), han sido los que han abierto las puertas a esta posibilidad y han hablado de un agujero negro primordial (PBH por sus siglas en inglés), creados en los comienzos del Universo. Según los expertos, estos agujeros negros primordiales son hipotéticos agujeros negros que se originaron poco después del Big Bang. Son viejos y pequeños y su existencia ha sido difícil de probar. Curiosamente, es tan pequeño que Unwin y Scholtz lo han incluido en un diagrama 1:1 dentro de un informe publicado en Arxiv, un sitio online para las prepublicaciones de artículos científicos.

Con ese tamaño podría ser imposible detectarlo. Sin embargo, los científicos sugieren que las extrañas órbitas en las regiones externas de nuestro sistema solar podrían ser el resultado de uno de estos agujeros negros primordiales. Ambos están dispuestos a desvelar esta incógnita. Tal y como han desvelado en su informe, si el objeto fuera un agujero negro primordial posiblemente estaría rodeado por un halo de materia oscura, que se extendería hasta mil millones de kilómetros por cada lado. Para los investigadores, al interactuar las partículas de materia oscura en el interior de ese halo tendrían que liberar destellos de rayos gamma que darían pie a que pudiera detectarse la presencia de este objeto.

En breve Scholtz y Unwin se pondrán con ello. Tienen previsto empezar a analizar los datos del Telescopio Espacial Fermi, que lleva once años estudiando las emisiones gamma que proceden de todas las direcciones del cielo. Concretamente, los científicos buscarían grupos esporádicos de destellos de rayos gamma moviéndose de forma lenta por el cielo. ¿Podrán demostrar que se trata de un agujero negro? Os iremos informando con nuevos detalles.

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