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Los españoles hace tiempo que han descubierto que en la vida hay algo más que el café torrefacto. Las cafeteras de cápsulas, cadenas como Starbucks y la marea foodie han educado el gusto de la población. Que incluso es capaz de apreciar el olor de un café recién molido o la diferencia entre un expreso y un café americano. Para ese consumidor que quiere algo más que un café de cápsulas, surgen cafeteras como esta Philips Serie 2200.

Es una cafetera automática, más voluminosa que otras más sencillas, sí, también más cara. Pero, cómo no, más completa, económica a largo plazo y ecológica. Prepara café expreso, café menos intenso, capuchino y, por supuesto, una taza de agua caliente para hacerse una infusión. Se puede introducir café en granos para que los muela al instante o café ya molido. Pero, tras tomar varios cafés en los últimos días, ha llegado el momento de contarte qué tal funciona la Philips Serie 2200 con LatteGo, que es el modelo exacto que hemos probado.

Café en granos o molido

Si eres de los que aprecia el olor y el sabor del café recién molido, agradecerás la posibilidad de usar café en granos en esta cafetera. Tiene un depósito en la parte superior donde se puede ir colocando un buen puñado de granos de café. La máquina, al dar al botón para preparar un café, coge los granos necesarios, los muele al instante y obtiene la dosis de café necesaria para la taza que tienes que haber colocado previamente en la bandeja inferior.

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Detalle del compartimento para el café en granos. Debajo de la tapa pequeña se sitúa el depósito para la opción del café molido

La ventaja fundamental de este sistema es que controlas la calidad del café, su procedencia, su frescura, tipo, precio y todas las características que quieras del café. Algo que con las cápsulas o incluso el café molido es mucho más difícil de controlar. Pero si eres de usar café molido o si en algún momento se te acaban los granos pero te resulta más fácil hacerte con un paquete de molido, esta cafetera también puede hacer su trabajo con este tipo de café. Para ello sólo hay que introducirlo en la tapa más pequeña que se aprecia en la foto superior. Eso sí, en este caso la dosis de café molido que hay que introducir en el depósito es para un café solo.

Depósito de leche para capuchino

Una de las características que destaca de este modelo de cafetera Philips Serie 2200 con LatteGo es el vaso de quita y pon para poner leche. Este vaso es el que trae este modelo con el apellido LatteGo para preparar el popular capuchino o capuccino de los italianos. La máquina calienta la leche que se coloca en este vaso y la sirve en la taza antes de servir a continuación una dosis más pequeña de café. Al ser un vaso de quita y pon, el sistema facilita la limpieza del mismo y que sólo se coloque la dosis de leche necesaria para evitar dejar leche sin usar de un día para otro.

Otro de los botones que tiene el panel frontal de la cafetera es para preparar un «café», así, a secas. La diferencia entre el expreso y el café es que este último sale en mayor cantidad pero más diluido que el expreso. Y si alguien quiere hacerse una infusión, sólo tiene que darle al botón de «agua caliente» para que la máquina simplemente prepare una dosis de agua caliente en la taza.

Para poder preparar todas estas bebidas, la Philips Serie 2200 tiene un depósito de agua en el lateral fácil de sacar y volver a colocar. La capacidad es de 1,8 litros, por lo que no es necesario rellenarlo con cada café que se prepara. Además, para las ciudades con peor calidad de agua o más cal, esta máquina lleva un sistema de filtro de agua llamado AquaClean. En ese sentido, al estar en Madrid donde disfrutamos de un buen agua, no hemos tenido que usar esta opción.

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Depósito de agua lateral con capacidad para 1,8 litros

Mantenimiento y limpieza

¿Es cómoda o hay que estar vaciando y limpiando las piezas cada día? Aunque todo depende del ritmo de cafés consumidos, la cafetera Philips Serie 2200 está pensada para no tener que vaciar los depósitos ni limpiarla todos los días.

Lo mejor de todo es que no tienes que preocuparte de cuándo hay que vaciar o limpiar algunas piezas porque la máquina se encarga de avisarte. Por un lado está el depósito de café molido usado. Una vez molidos los granos del café, este café molido va pasando a una caja donde se van almacenando los restos. Cada 2 ó 3 días de uso normal (con una media de unos 3 cafés diarios), la cafetera te avisa para que vacíes los restos de café en la basura. Luego sólo hay que pasar la caja de plástico por el grifo y tarea acabada.

Otra tarea es la de rellenar el depósito de agua cuando se vacía. Esta, sin duda, es la más sencilla. La que llama más la atención quizás es la de vaciar el agua y café que va cayendo sobre la parte inferior de la máquina. Queda recogida en una bandeja extraíble. Y aunque procures evitar que caiga agua o café sobrante, no te libras de este trabajo. Y es que la máquina genera su propio líquido sobrante que acaba cayendo en esta bandeja. También se encarga la cafetera de avisarte de esta tarea.

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Aquí vemos los depósitos donde quedan almacenados tanto el café como el líquido sobrante

Café personalizado y automático

Vivimos en España, el país donde hay tantos tipos de café como ciudadanos en un bar. ¿Cómo? ¿Que no me crees? Entra en una cafetería cualquiera a las 8 de la mañana y quédate un rato apostado en la barra del bar. La Philips Serie 2200 no llega a alcanzar el grado de personalización de un camarero de bar, pero sí permite algunos ajustes por cada café.

En concreto, se puede elegir la cantidad de líquido servida entre 3 opciones de menor a mayor. La segunda personalización es de la intensidad del aroma, de más suave a más fuerte. De este último apartado no nos ha quedado tan clara la diferencia entre uno y otro, pero al menos es lo que afirma el fabricante. Los más cafeteros agradecerán la opción de ajustar el grado de molido del café a través de la rueda del molinillo situada en el depósito de los granos.

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Panel de control de la cafetera con las personalizaciones posibles

Y si por algo se caracteriza la Philips Serie 2200 es por la automatización de todo el proceso. Si la cafetera está enchufada, con agua y granos de café en cada depósito, sólo hay que dar al botón para que la máquina se encargue de todo el proceso. Y si es un capuccino, con leche en el vaso para ello. Eso sí, los cafés se pueden preparar de uno en uno o, como mucho, de dos en dos y apuntando bien en la colocación de las dos tazas.

Más ecológico y económico a largo plazo

Las cafeteras de cápsulas tienen sus ventajas. Pero, no nos engañemos, también tienen grandes inconvenientes. Y es que son muy poco ecológicas. La mayoría de esas cápsulas no se pueden reciclar porque no se consideran envases. Por lo que acaban entre el resto de basuras no reciclables. Además, la calidad del café que contienen es cuestionable y nada transparente. Frente a eso, esta Philips Serie 2200 sólo genera restos de café que pueden ir perfectamente al cubo de basura orgánica. Sin envases de por medio.

Pero no es la única ventaja. También en el tema económico podemos controlar el gasto por café consumido y, sobre todo, elegir con mayor libertad entre las numerosas opciones de café en grano o molido que se pueden encontrar en el mercado. Y es que, por muy barata o de marca blanca que sean las cápsulas que compremos para el otro tipo de máquinas, no dejan de ser más caras por cada café consumido.

Galería de fotos

Lo bueno sale caro

Y llegamos al apartado que todo el mundo se pregunta, sobre todo si ha llegado hasta aquí. El precio del dispositivo en cuestión. La Philips Serie 2200 se puede encontrar por debajo de los 500 euros en algunas tiendas. Por ejemplo, en Amazon en estos momentos cuesta 470 euros. Sin duda, un precio más caro que muchas de las cafeteras existentes en el mercado y con sistemas menos completos. Pero, ya sabemos, que lo bueno casi siempre sale más caro.

Resumen

Philips Serie 2200 es una cafetera que puede gustar a un público muy cafetero. No es una solución para todos los públicos, ni de lejos para todos los bolsillos. Pero tiene un público determinado que puede apreciar todas las cosas que hace. Y, sobre todo, el sistema cómodo que obtiene a partir de su compra para hacerse un café gourmet en casa o en la oficina.

En mi opinión, podría tener más opciones de personalización para cada café. Empezando por aprovechar el depósito de leche no sólo para los capuchinos. En España toda personalización que se lograra sería un punto a su favor muy importante.

Es cómoda de manejar en el día a día. Y, lo más importante, gracias al sistema utilizado y que el control de la calidad de café está en manos del usuario, el resultado final puede ser muy satisfactorio. Es decir, puede hacer cafés muy ricos. Y de esto es de lo que se trata. Y a ti ¿cómo te gusta el café?

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