La tecnología forma parte de nuestras vidas. Y los más pequeños crecen con ella como algo natural. Como todo, tiene sus ventajas y sus desventajas, pero se ha convertido en una realidad sin la que no podríamos explicar el mundo actual. Esta herramienta debe convertirse en clave para encauzar y mejorar la educación de los más pequeños. Para ello, Samsung viene investigando desde hace cinco años la mejor forma de introducir la tecnología dentro de las aulas para aumentar las competencias de los estudiantes.
A través de su proyecto Samsung Smart School, ha invertido cerca de seis millones de euros durante el último lustro. Este proyecto involucra ya a más de 600 profesores de 34 centros educativos a lo largo de toda España. Precisamente, la compañía coreana ha buscado estar presente en todas las comunidades, con centros en puntos tan alejados como Melilla, Canarias, Madrid, Baleares o Asturias. En total, se calcula que se han beneficiado de este proyecto 400 alumnos de 38 aulas.
El estudio que ha presentado la marca se ha centrado en 662 alumnos con edades de entre 10 y 12 años y en tres competencias: la comunicación lingüística, aprender a aprender y competencia digital. Los resultados han sido positivos, ya que se desprende que en competencia lingüística se ha mejorado un 13%, un 14% en aprender a aprender y un 24% en competencia digital.
Para llevar a cabo el proyecto de Samsung Smart School ha sido clave transformar el espacio del aula. Tanto a través de la propia inclusión de gadgets tecnológicos para las clases como un diseño más flexible de la educación en el que se anima al pequeño o la pequeña a investigar por su propia cuenta. Eso ha tenido como consecuencia unos resultados más potentes a la hora de buscar y seleccionar información en Internet, además de comprender los riesgos de este mundo.
En palabras de Celestino García, vicepresidente corporativo de Samsung, «La tecnología es fundamental para transformar la sociedad. Por eso ponemos a disposición de toda la comunidad educativa este informe, el cual ha demostrado el impacto positivo que supone el uso de la tecnología en el rendimiento de los estudiantes».