¿Te suena Guitarraviva? Carlos Asensio es quien está detrás de esta historia que hoy vamos a contarte. La historia de una lucha contra las discográficas, que a su vez luchan contra los canales que se dedican a la divulgación musical.
Pero empecemos por el principio. Guitarraviva es un canal de YouTube que Asensio fundó hace ocho años para enseñar a los demás a tocar la guitarra. Tanto éxito ha tenido durante todo este tiempo que el canal tiene nada más y nada menos que dos millones de suscriptores y más de 400 millones de visualizaciones.
El fundador de este canal ha publicado ahora un vídeo en el que denuncia, según él, el «acoso y derribo» por parte de las multinacionales discográficas que gestionan los derechos de autor de las canciones. En el último episodio ha participado Warner. La compañía ha denunciado un vídeo en el que Asensio enseña a tocar la canción A Horse With No Name, de America.
Curiosamente, en este vídeo Asensio no toca la canción en ningún momento, sino que muestra un par de acordes y el ritmo. Ni la canta, ni la tararea. Ante tamaña absurdidad, Asensio ha querido que uno de los mayores divulgadores musicales que existen en YouTube expliquen lo que sucede en ese vídeo.
Jaime Altozano también tiene problemas con el copyright
Jaime Altozano, importante divulgador musical, explica en este mismo vídeo que él también suele tener problemas con el copyright y las discográficas, cuyo propósito es fulminar cualquier rastro de canción sobre la que tengan derechos. Esto, muy a pesar de que en estos vídeos ni tan siquiera se cante o se toque la melodía de la misma.
Es lo que ha ocurrido con el citado vídeo de Asensio, de la canción A Horse With No Name. En este tan solo se muestran dos acordes que hay que saber para poder tocar el tema. No se canta en ningún momento la melodía de la canción, tampoco recita la letra. Lo que sí se tocan son dos acordes, pero que sepamos por ahora los acordes son patrimonio intangible de la humanidad: Mi menor y Re mayor con la novena.
Lo que hace Altozano en su vídeo es tocar esos acordes sin más. Que son los mismos que se usan en Let it Be de los Beatles, en Perfect de Ed Sheeran o en The Edge of Glory de Lady Gaga. De hecho, tal como señala el divulgador, estos son los acordes más utilizados de la historia del pop. Y no tienen copyright, por mucho que se empeñen las discográficas en salirse con la suya.
El sistema de control de YouTube
YouTube posee un sistema de control que sirve para detectar cualquier atisbo de vulneración de los derechos de autor de canciones que están protegidas. Las compañías discográficas tienen acceso a esta herramienta, de modo que pueden efectuar reclamaciones si se observa que alguien está haciendo un uso de algún contenido con derechos.
Ante la denuncia, YouTube manda una notificación al autor del vídeo, para que de este modo pueda explicarse. Sobre todo si considera que la vulneración no es tal. Carlos Asensio cuenta que él no sube canciones. Que la mayor parte de los contenidos que publica en su canal son tutoriales sobre cómo tocar esas canciones. Explica la introducción, los acordes, el ritmo, pero no sube en ningún momento versiones (covers) o canciones enteras.
En este sentido, además, Asensio recuerda que existe una ley de uso legítimo que ampara el canal. Puesto que es perfectamente posible hacer un uso de contenidos protegidos si los fines son didácticos. Esto en la legislación estadounidense. Pero en la Ley de la Propiedad Intelectual, el artículo 32 incluye lo que se denomina «derecho de cita», que vendría a ser prácticamente lo mismo.
Lamentablemente, YouTube no puede hacer nada más que lo que hace, aunque es perfecta conocedora de la situación. Si la denuncia prospera, sus responsables pueden quedarse con la monetización del vídeo (que es el dinero que se recaude por él). Si no lo consiguen, el vídeo será eliminado y se hará un strike, siendo el máximo permitido de tres en YouTube. Si ganan la batalla, a Carlos podrían cerrarle el canal.