Puede que en estos últimos meses hayas oído hablar sobre la tasa Google. ¿Tienes idea de lo que es? El Consejo de Ministros aprueba hoy los proyectos de ley vinculados a las transacciones financieras y sobre algunos servicios digitales. Con esta novedad impositiva tiene previsto recaudar unos más de 2.000 millones de euros.
Esta cantidad, según las previsiones del Ejecutivo de Sánchez, a financiar las pensiones y el sistema de protección de la Seguridad Social. A partir de aquí, serán necesarios tres meses de audiencia pública y a partir de ahí, se iniciará el trámite de aprobación en el Parlamento.
La tasa Google es el denominado Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales, que se aplicará a todas las empresas que tengan unos ingresos anuales de, como mínimo, 750 millones de euros, además de unos ingresos en España que superen los 3 millones de euros.
Lo que se gravará a través de esta ley será el 3% de los servicios de publicidad en línea, los servicios de intermediación en línea y la venta de datos que se generen a partir de información que hayan proporcionado los usuarios. Esto servirá para recaudar 1.200 millones de euros.
Evitar la fuga de impuestos de las grandes tecnológicas
Ya te hemos hablado en repetidas ocasiones de una práctica que han llevado a cabo durante mucho tiempo las grandes empresas tecnológicas del país. En realidad estamos ante una propuesta que Pedro Sánchez ya hizo en 2014, cuando estaba en la posición, con el objetivo de luchar contra lo que se denomina «ingeniería fiscal transfronteriza» de las empresas tecnológicas.
Muchas de estas empresas pagan los impuestos en otros países, muy a pesar de que ofrezcan sus servicios en otro. Lo hacen por las ventajas fiscales: se aprovechan de que en otros territorios no se abonan tantos impuestos por lo mismo. España será una de las pioneras, pero hay otros territorios que ya tienen previsto aplicar la denominada tasa Google. Son, por ejemplo, Reino Unido y Francia.
En cualquier caso, las empresas que intenten falsear u ocultar la dirección de Protocolo de Internet (IP) que indica la ubicación del usuario se enfrentarán a sanciones de hasta el 0,5% del importe neto de la cifra de negocios del año natural anterior.
Y aunque prevén una recaudación impositiva importante, la patronal europea considera que el impuesto puede intensificar la guerra comercial con Estados Unidos. De hecho, el think tank Civismo presentó un informe hace poco en el que señalaba que la aplicación del denominado «impuesto Google» podría afectar a toda la cadena de valor.
Fue este mismo grupo el que indicó que habría 20 millones de consumidores del sector digital que tendrían que abonar un sobrecoste de 0,47 euros en cada compra electrónica que realizaran.
Los usuarios no pagaremos de más por las compras online
Las últimas informaciones que tenemos sobre la mesa nos indican que el impuesto no gravará la venta de bienes o servicios entre usuarios en servicios de intermediación en línea. También se excluye la venta de bienes o servicios contratados a través de Internet desde la web del proveedor de esos bienes o servicios en la que el proveedor no sea el intermediario. Lo mismo ocurrirá con algunos servicios financieros.
Actualmente, países como Italia, Francia, Alemania y Hungría tienen algún tipo de impuesto para gravar algunos servicios digitales. Sin embargo, la Comisión Europea está trabajando en un tipo impositivo parecido, pero que sea común, y que sirva para tener la misma fiscalidad en economía digital en los países miembros.
